El ‘acero verde’ reducirá 7 millones de toneladas de CO2 en coches europeos para 2030

La transformación de la industria automotriz hacia una producción más sostenible está cobrando cada vez mayor relevancia en el contexto de la lucha contra el cambio climático. Uno de los aspectos clave en este proceso es la reducción de las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación de vehículos, especialmente en lo que respecta a los materiales utilizados. En este sentido, el acero, componente fundamental en la producción de automóviles, se presenta como un área de gran potencial para la disminución del impacto ambiental de la industria.

Un reciente análisis de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) ha puesto de manifiesto la importancia de adoptar acero ecológico en la fabricación de vehículos como estrategia para reducir significativamente las emisiones de CO2. Este estudio no solo destaca los beneficios ambientales de esta transición, sino que también analiza su viabilidad económica y técnica, proporcionando una visión integral de las oportunidades y desafíos que enfrenta el sector automotriz en su camino hacia la sostenibilidad.

Impacto ambiental del acero ecológico en la industria automotriz

El análisis publicado por T&E revela que la implementación de acero fabricado con hidrógeno verde y hornos de arco eléctrico, así como el producido a partir de chatarra, podría tener un impacto significativo en la reducción de emisiones de CO2 en la producción de automóviles en Europa. Concretamente, se estima que para el año 2030, esta transición podría evitar la emisión de 6,9 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de 3,5 millones de automóviles que utilizan combustibles fósiles.

Este hallazgo cobra especial relevancia en el contexto actual, donde el sector automovilístico se esfuerza por alcanzar las «emisiones cero» para el año 2050. A medida que las emisiones de los tubos de escape se reducen gracias a la electrificación de los vehículos, el foco de atención se desplaza hacia el impacto climático de la producción en sí misma. En este sentido, la adopción de acero ecológico se presenta como una estrategia clave para abordar este desafío y avanzar hacia una industria automotriz verdaderamente sostenible.

Además, el análisis destaca que el cambio hacia un 40% de acero ecológico tendría un impacto económico relativamente bajo en el precio final de los vehículos. Según las estimaciones, esta transición añadiría tan solo 57 euros al precio de venta de un vehículo eléctrico en 2030. Más aún, se proyecta que para 2040, el costo adicional de utilizar 100% acero ecológico se reduciría a apenas 8 euros por vehículo, gracias a la fijación de precios del CO2 y la caída de los costes de producción de este tipo de acero.

Desafíos y oportunidades para la implementación del acero ecológico

A pesar de los evidentes beneficios ambientales y la viabilidad económica a largo plazo, la transición hacia el acero ecológico en la industria automotriz enfrenta varios desafíos. Uno de los principales obstáculos es la necesidad de asegurar los miles de millones de euros de inversión requeridos para la producción de acero con bajas emisiones de carbono. Según el análisis de T&E, el éxito de esta transición dependerá en gran medida de la existencia de un mercado de consumo fiable para los productores de acero ecológico.

En este contexto, el sector automovilístico se encuentra en una posición privilegiada para generar la demanda necesaria que impulse esta transformación. Actualmente, la industria automotriz consume el 17% del acero en la Unión Europea, lo que la convierte en un actor clave para la creación de un mercado líder de acero ecológico en la región. Reconociendo este potencial, T&E ha instado a los legisladores europeos a establecer objetivos para que los fabricantes de automóviles utilicen una cantidad cada vez mayor de acero ecológico en los vehículos nuevos a partir de 2030.

El informe también destaca la capacidad de producción de acero de bajo contenido en carbono en Europa. Se proyecta que para 2030, la región podrá producir hasta 172 toneladas métricas de este tipo de acero al año, una cantidad que superaría ampliamente la demanda total del sector automotriz, que en 2022 consumió 36 toneladas métricas. Esta capacidad de producción representa una oportunidad significativa para la industria automotriz de liderar la transición hacia materiales más sostenibles.

Estrategias y recomendaciones para la transición hacia el acero ecológico

El análisis de T&E no solo identifica los desafíos y oportunidades, sino que también propone estrategias concretas para facilitar la transición hacia el acero ecológico en la industria automotriz. Una de las principales recomendaciones es establecer objetivos específicos y graduales para la incorporación de acero ecológico en la producción de vehículos nuevos. Concretamente, se sugiere exigir que al menos el 40% del acero utilizado en automóviles nuevos sea ecológico para 2030, aumentando este porcentaje al 75% en 2035 y alcanzando el 100% en 2040.

Para implementar estos objetivos de manera efectiva, T&E propone que los fabricantes de automóviles tengan un objetivo promedio que puedan cumplir en todos sus modelos nuevos. Esta estrategia permitiría a las empresas absorber el costo inicial de la transición a través de sus modelos premium, facilitando así una adopción más rápida y generalizada del acero ecológico en toda su línea de producción.

Además, el informe sugiere que estos objetivos podrían introducirse a través de la regulación de los vehículos al final de su vida útil (VFU) de la UE, que actualmente está siendo revisada por los legisladores. Esta aproximación no solo promovería la adopción de acero ecológico, sino que también fomentaría un enfoque integral de sostenibilidad que abarca todo el ciclo de vida de los vehículos.

La investigación también señala la importancia de considerar otras estrategias complementarias, como el aligeramiento de los vehículos, que podría reducir el uso total de acero en el sector en la próxima década. Esta tendencia no solo contribuiría a la eficiencia energética de los vehículos, sino que también podría facilitar la transición hacia el acero ecológico al disminuir la demanda total de este material.

En conclusión, la transición hacia el acero ecológico en la industria automotriz representa una oportunidad crucial para reducir significativamente las emisiones de CO2 asociadas a la producción de vehículos. Con los objetivos adecuados, el apoyo regulatorio y la inversión en innovación, el sector automovilístico puede liderar el camino hacia una industria más sostenible, estableciendo un precedente importante para otros sectores industriales en su lucha contra el cambio climático.