Le Senne asegura que la denuncia no avanzará

La tensión política en el Parlament de las Islas Baleares ha alcanzado un punto crítico tras los recientes acontecimientos que involucran al presidente de la cámara, Gabriel Le Senne. La controversia surgió a raíz de un incidente durante una sesión plenaria, donde Le Senne rompió la fotografía de un grupo de víctimas del franquismo conocidas como las ‘Roges del Molinar’. Este acto ha desencadenado una serie de reacciones en el ámbito político y judicial, poniendo en entredicho la continuidad de Le Senne en su cargo.

La situación se ha complicado aún más con la presentación de una denuncia por un presunto delito de odio contra Le Senne, interpuesta por la asociación Memòria de Mallorca y familiares de las víctimas. Este hecho ha dado nuevo impulso a la moción presentada por la oposición para remover a Le Senne de su puesto como presidente del Parlament. La tensión política se ha intensificado, con los partidos de izquierda presionando para que se dé curso a su solicitud lo antes posible, mientras que el propio Le Senne y su partido, Vox, mantienen una postura de tranquilidad y confianza en que la situación se resolverá a su favor.

La polémica en torno a la presidencia del Parlament

El conflicto en el Parlament balear ha escalado rápidamente desde el incidente inicial. La oposición ha aprovechado la controversia para cuestionar la idoneidad de Le Senne como presidente de la cámara, argumentando que su comportamiento ha comprometido la neutralidad que se espera de su cargo. La presentación de una moción para removerlo de su puesto ha añadido una nueva dimensión al conflicto político.

La Mesa del Parlament, el órgano rector de la cámara, se ha visto obligada a abordar la situación en una reunión reciente. Aunque se ha dado trámite a la solicitud de remoción, el proceso no será inmediato. La decisión final sobre la convocatoria de un pleno extraordinario para votar la moción recaerá en la Diputación Permanente, lo que podría retrasar la resolución del conflicto hasta septiembre, ya en el periodo ordinario de sesiones.

Le Senne, por su parte, ha mostrado una actitud de aparente tranquilidad ante la situación. El presidente del Parlament ha defendido su actuación, argumentando que otros diputados también exhibieron carteles durante la sesión en cuestión sin recibir amonestaciones. Además, ha justificado sus comunicados críticos con la Ley de Amnistía como parte de su deber de «guardar y hacer guardar la Constitución».

Implicaciones legales y políticas de la controversia

La denuncia por un presunto delito de odio ha añadido una dimensión legal a la crisis política. El Juzgado de Instrucción número 1 ha citado a la asociación Memòria de Mallorca y a los familiares de las ‘Roges del Molinar’ para que ratifiquen su denuncia contra Le Senne. Este desarrollo judicial ha reforzado la posición de quienes buscan la remoción del presidente del Parlament.

Sin embargo, Le Senne ha expresado su confianza en que la denuncia no prosperará. Como jurista, ha afirmado que no ve «relevancia penal» en los hechos y ha insistido en que no odia a nadie, «mucho menos a ninguna víctima». Esta postura refleja su estrategia de defensa frente a las acusaciones, buscando minimizar la gravedad de sus acciones y mantener su posición en el cargo.

La situación ha generado también un debate sobre la responsabilidad política en casos de investigación judicial. Le Senne ha declarado que no cree que deba dimitir en caso de ser imputado, argumentando que los hechos son de dominio público y, en su opinión, carecen de relevancia penal. Esta postura podría generar más controversia y presión política en el futuro, dependiendo del desarrollo de la investigación judicial.

El papel del PP y el futuro de la presidencia del Parlament

Un factor clave en el desarrollo de esta crisis es la posición del Partido Popular (PP). Aunque la moción para remover a Le Senne requeriría tres quintas partes de la Cámara para prosperar, lo que implica que necesitaría el apoyo del PP, Le Senne ha expresado su confianza en que esto no ocurrirá. Ha descartado la posibilidad de que el PP acepte la oferta socialista de unir sus votos para apartarle y nombrar un presidente ‘popular’.

La postura del PP será determinante en el desenlace de esta crisis. Hasta ahora, los miembros del PP en la Mesa del Parlament han votado junto con Vox en cuestiones como rechazar dar traslado de los hechos a la Fiscalía, como pedía el PSIB. Esta alineación sugiere que, por el momento, el PP no está dispuesto a unirse a la oposición para remover a Le Senne.

El futuro inmediato de la presidencia del Parlament dependerá de varios factores. La decisión de la Diputación Permanente sobre la convocatoria de un pleno extraordinario será crucial. Si se decide esperar hasta septiembre para abordar la moción, Le Senne ganará tiempo para fortalecer su posición y posiblemente superar la crisis. Por otro lado, si la investigación judicial avanza rápidamente, podría generar nueva presión política que altere el equilibrio actual.

En cualquier caso, esta controversia ha puesto de manifiesto las tensiones políticas existentes en el Parlament balear y ha generado un debate más amplio sobre los límites de la neutralidad institucional y la responsabilidad política de los cargos públicos. El desenlace de esta crisis podría tener implicaciones significativas para la dinámica política en las Islas Baleares y servir como precedente para situaciones similares en otras instituciones españolas.