miércoles, 16 julio 2025

Exjefa de la ONIF en 2016 desmiente órdenes sobre selección de documentos en Nummaria

La investigación sobre presuntos delitos contra la Hacienda Pública ha tomado un nuevo giro con las declaraciones de Margarita García Valdecasas, ex inspectora jefe de la Oficina Nacional de Investigación contra el Fraude (ONIF). En su testimonio ante el tribunal de la Audiencia Nacional, García Valdecasas ha arrojado luz sobre los procedimientos llevados a cabo durante el registro de la sede del despacho Nummaria en 2016, un evento crucial en la investigación de un supuesto esquema de evasión fiscal que involucra a figuras prominentes del mundo del entretenimiento y los negocios.

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El caso, que ha captado la atención del público y los medios de comunicación, gira en torno a las acusaciones contra Fernando Peña, dueño del bufete Nummaria, y una treintena de acusados, incluyendo a los reconocidos actores Imanol Arias y Ana Duato. La fiscalía sostiene que a través de este despacho se habría orquestado una compleja estructura jurídico-económica con el propósito de evadir impuestos. Las declaraciones de García Valdecasas no solo ofrecen una visión interna de las operaciones de la ONIF, sino que también plantean interrogantes sobre los procedimientos seguidos durante la investigación y el alcance de su participación personal en el caso.

El papel de García Valdecasas en el registro de Nummaria

Margarita García Valdecasas ha dejado claro en su declaración que, si bien estuvo presente durante el registro de la sede de Nummaria en 2016, su papel fue principalmente de supervisión y acompañamiento. La ex inspectora jefe de la ONIF ha enfatizado que en ningún momento dio órdenes específicas sobre qué documentación debía ser recogida o descartada durante la operación. Esta aclaración es crucial para entender el alcance de su participación y responsabilidad en el proceso de investigación.

García Valdecasas explicó que su presencia en el registro era habitual en las operaciones de la ONIF, pero que su función se limitaba a estar a disposición del Letrado de la Administración de Justicia (LAJ) y acompañar a los funcionarios durante el procedimiento. Esta declaración sugiere un enfoque más pasivo de su parte, alejándose de cualquier implicación directa en la toma de decisiones sobre la evidencia recolectada.

Además, la ex inspectora jefe ha insistido en que no tuvo acceso directo a la documentación incautada una vez que esta fue almacenada en la sede de la ONIF. Este punto es particularmente relevante, ya que desvincula a García Valdecasas de cualquier manipulación o selección posterior de la evidencia, un aspecto que podría ser crucial para la defensa de los acusados.

Conexiones personales y profesionales en el caso

Un aspecto intrigante que surgió durante el interrogatorio fue la relación entre Fernando Peña, el dueño del bufete Nummaria, y el marido de García Valdecasas. La ex inspectora jefe reconoció que ambos habían sido accionistas del Banco Financiero y de Inversión en la década de 1980. Sin embargo, García Valdecasas matizó que estas relaciones mercantiles estaban prácticamente concluidas cuando ella conoció a su pareja a finales de esa década.

Esta revelación plantea preguntas sobre posibles conflictos de interés o la percepción de imparcialidad en la investigación. No obstante, García Valdecasas argumentó que tales coincidencias son comunes dado el amplio círculo de contactos que una persona en su posición puede tener. Además, afirmó que era consciente de estas conexiones pasadas al momento del registro de Nummaria, sugiriendo transparencia de su parte en cuanto a estas relaciones.

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La defensa de Peña, liderada por el exministro Antonio Camacho, ha intentado explorar más a fondo el papel de García Valdecasas en el registro y en la revisión de la documentación incautada. Sin embargo, la ex inspectora jefe ha mantenido que, debido al tiempo transcurrido (ocho años), sus recuerdos sobre detalles específicos son limitados. Esta postura podría interpretarse como una estrategia para evitar contradicciones o como un reflejo genuino de la dificultad para recordar detalles precisos después de tanto tiempo.

Implicaciones para el caso y la investigación en curso

Las declaraciones de Margarita García Valdecasas tienen implicaciones significativas para el caso en curso. Por un lado, su testimonio parece distanciarla de cualquier irregularidad en el manejo de la evidencia o en la dirección de la investigación. Esto podría fortalecer la legitimidad del proceso investigativo llevado a cabo por la ONIF.

Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la cadena de custodia de la evidencia y los procedimientos seguidos durante y después del registro. La afirmación de García Valdecasas de que no dio instrucciones para perjudicar a ninguno de los investigados es un punto crucial que la defensa probablemente intentará corroborar o cuestionar a medida que avance el juicio.

Además, la revelación de conexiones pasadas entre el marido de García Valdecasas y Fernando Peña añade una capa de complejidad al caso. Aunque ella ha insistido en que estas relaciones no influyeron en la investigación, es probable que la defensa explore más a fondo este aspecto para cuestionar la imparcialidad del proceso.

En última instancia, el testimonio de García Valdecasas subraya la complejidad de las investigaciones sobre delitos fiscales y la importancia de mantener procedimientos claros y transparentes. A medida que el juicio continúa, será crucial observar cómo estas declaraciones influyen en la percepción del tribunal sobre la validez de la evidencia presentada y la integridad del proceso investigativo en su conjunto.

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