El calabacín gratinado es una opción deliciosa y económica que puede convertir a los más reacios a las verduras en verdaderos fanáticos. Este plato no solo es sencillo de preparar, sino que también es muy versátil, permitiendo ajustes según los gustos personales. Con ingredientes accesibles como calabacines, queso parmesano, nata, y leche, el calabacín gratinado se presenta como una alternativa saludable y sabrosa para cualquier comida.
Para preparar el calabacín gratinado, comienza lavando bien los calabacines y cortándolos en medias lunas. Coloca los calabacines en una fuente apta para horno, previamente untada con un poco de aceite, y espolvorea ajo en polvo al gusto. En un bol aparte, bate un huevo y añade nata, leche, un chorro de aceite, sal, pimienta, nuez moscada, y parte del queso parmesano. Esta mezcla líquida es esencial para dar cremosidad al calabacín gratinado, asegurando que cada bocado esté lleno de sabor. Los calabacines se cocinan en esta mezcla, absorbiendo todos los sabores y quedando tiernos y jugosos.
El truco para hacer calabacín gratinado perfecto

El truco definitivo para un calabacín gratinado perfecto está en la cocción. Precalienta el horno a 180º y cubre la bandeja con papel de aluminio durante los primeros 30 minutos. Esto permite que los calabacines se cocinen uniformemente y absorban bien los sabores. Luego, retira el papel de aluminio y deja que el calabacín gratinado se dore durante 20 minutos más con calor arriba y abajo. Este paso es crucial para obtener una capa superior crujiente y dorada, que contrasta perfectamente con la suavidad del interior.
El calabacín gratinado no solo es delicioso por sí solo, sino que también puede acompañarse con otros platos. Puedes servirlo como guarnición de carnes o pescados, o incluso como plato principal junto con una ensalada fresca. Su versatilidad y sabor lo hacen ideal para cualquier ocasión, desde una cena rápida hasta una comida especial. Además, su preparación económica lo convierte en una opción accesible para todos. Puedes acompañarlo con una guarnición de arroz, quinoa o incluso unos crujientes panes tostados para completar la comida.
Puedes personalizar la receta

Otra ventaja del calabacín gratinado es su adaptabilidad a diferentes gustos. Si prefieres un toque picante, puedes añadir guindilla en polvo o pimentón picante a la mezcla. Para un sabor más dulce, un poco de miel o azúcar moreno puede hacer maravillas. Experimentar con diferentes condimentos y quesos permite personalizar el calabacín gratinado a tu gusto, asegurando que nunca te aburras de esta receta. Además, es una excelente manera de incorporar más verduras en tu dieta diaria, beneficiando tu salud con su alto contenido de vitaminas y fibra.
El calabacín gratinado también es una opción muy saludable. Los calabacines son ricos en vitaminas A y C, así como en fibra dietética, lo que ayuda a mejorar la digestión y a mantener un sistema inmunológico fuerte. El uso de nata y leche en la receta aporta calcio y proteínas, esenciales para la salud ósea y muscular. El queso parmesano no solo añade un sabor delicioso, sino que también es una buena fuente de calcio y proteínas. Esta combinación de ingredientes no solo hace que el calabacín gratinado sea delicioso, sino también nutritivo y beneficioso para tu salud.