La crisis migratoria continúa siendo un tema candente en la palestra política española. Recientemente, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha alzado la voz para denunciar la postura de Vox frente a este desafío humanitario, calificándola de «miserable» y acusando a su líder, Santiago Abascal, de ser «cómplice» de las tragedias que enfrentan miles de personas, incluyendo niños, en su búsqueda por llegar a territorio español.
Estas declaraciones se producen en un contexto marcado por la ruptura de acuerdos entre Vox y el Partido Popular en varias comunidades autónomas. La migración, un tema complejo que exige sensibilidad y responsabilidad, se ha convertido en un campo de batalla política, donde se cuestiona la capacidad de España para gestionar este fenómeno global.
Clavijo Condena La Instrumentalización Política Del Drama Humano
El presidente canario ha expresado su «vergüenza» ante la imagen que proyecta España al mundo con este tipo de discursos, lamentando que se priorice el rédito político por encima de la vida de seres humanos. En sus palabras, resulta inaceptable que se intente convertir un problema humanitario de gran envergadura en una mera herramienta de lucha partidista.
Clavijo no está solo en su denuncia. Diversas organizaciones sociales, expertos en migración y actores de la sociedad civil se han sumado al llamado para que se aborde esta problemática desde una perspectiva integral, que combine el control fronterizo con el respeto a los derechos humanos y la creación de vías legales y seguras para la migración.
La Necesidad De Un Enfoque Integral Y Humano
La crisis migratoria exige un enfoque integral que trascienda las diferencias políticas. Es fundamental que el gobierno español, en colaboración con la Unión Europea y los países de origen y tránsito, implemente políticas migratorias que combinen la seguridad con la solidaridad. Esto implica fortalecer los mecanismos de control fronterizo, al tiempo que se promueven vías legales y seguras para la migración, se combaten las redes de tráfico de personas y se brinda asistencia humanitaria a quienes la necesitan.
Asimismo, se requiere un cambio de narrativa en el discurso público, alejado de la xenofobia y la estigmatización, que promueva la empatía y la solidaridad hacia las personas migrantes. La construcción de una sociedad más justa e inclusiva pasa por reconocer la dignidad inherente a todo ser humano, independientemente de su origen o condición migratoria.