Padres tras las rejas, encerrados en una cárcel y sin ningún tipo de conexión con el mundo exterior es el nuevo y polémico método. Estos padres encontraron este particular programa de Corea del Sur para poder comprender a sus hijos y que consta de aislarse completamente durante un periodo de tiempo para acercarse a ellos.
Esta campaña generó gran polémica entre el resto de la población, aunque resultó ser el método más eficaz para que los miembros de una familia puedan comprender el comportamiento de sus hijos adolescentes. En este país, la depresión juvenil y la reclusión es parte de la tendencia de los jóvenes, quienes tienden a aislarse en sus hogares sin mantener contacto con el exterior.
Cómo son las cárceles para padres en Corea del Sur
Esta particular «cárcel» tiene un nombre ambiguo y puede reconocerse como «la Fábrica de la Felicidad» y se presenta oficialmente como “experiencia de confinamiento” para que padres, madres y cuidadores puedan aprender a comunicarse mejor con sus hijos que están “apartados por completo de la sociedad”.
El tipo de comportamiento que llevan adelante estos adolescentes tienen un nombre en particular y se reconoce como hikikomori, cuya traducción se refiere al severo retraimiento social de adolescentes y adultos jóvenes. Es decir, los adolescentes no mantienen contacto ninguno con la sociedad, encerrados en sus habitaciones y sin poder conversar con sus propios padres.
Por qué los padres eligen encerrarse para acercarse a sus hijos

La fábrica de la felicidad, ubicada en Hongcheon-gun en la provincia de Gangwon, es un programa específico que está avalado por la Fundación Juvenil de Corea y el Centro de Recuperación Ballena Azul, dos organizaciones no gubernamentales de Corea del Sur. Dura 13 semanas y está destinado a aquellas familias que quieren conocer desde adentro este flagelo que viven sus pequeños. Su objetivo primordial es el de enseñar a padres, madres y cuidadores cómo comunicarse mejor con sus hijos y entender qué sienten en su aislamiento.
Desde la BBC Mundo lograron recopilar testimonios de adultos que llevaron a cabo esta experiencia en la que, entre otras particularidades, las personas que eligen aislarse de esta manera llegan a alimentarse a través de un agujero en estas diminutas celdas. «Me preguntaba qué hice mal para que mi hijo terminara así, es doloroso pensar en ello, al reflexionar obtuve algo de claridad”, contaron algunos padres sobre esta situación, quienes aseguraron que sus pequeños dejaron de tener interés por cuestiones tan comunes como el aseo personal y la alimentación.