Un estudio llevado a cabo por la University College London (Reino Unido), en colaboración con diversas instituciones académicas, ha logrado optimizar las propiedades de un fármaco destinado al tratamiento de la esclerosis múltiple, mejorando su capacidad de penetración en el sistema nervioso central.
MECANISMO NEURODEGENERATIVO DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE
La esclerosis múltiple se caracteriza por la desmielinización de las fibras nerviosas, lo que induce la formación del poro de transición de permeabilidad mitocondrial, crucial en la degeneración de los axones neuronales y, por ende, en el proceso de neurodegeneración que subyace a esta enfermedad.
ENFOQUE TERAPÉUTICO CON ENZIMAS MITOCONDRIALES ESPECÍFICAS
Uno de los factores clave en la esclerosis múltiple es la ciclofilina D, una enzima mitocondrial localizada en áreas cerebrales específicas, como las mitocondrias de las interneuronas GABAérgicas y las neuronas motoras. Dicha enzima interviene en la apertura del poro de transición y, por lo tanto, constituye un importante objetivo terapéutico para el diseño de fármacos capaces de bloquear la progresión de la neurodegeneración en esta patología.
MEJOR PENETRACIÓN EN EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL MEDIANTE MODIFICACIONES ESTRUCTURALES
La ciclosporina A, a pesar de actuar como inhibidor de la ciclofilina D, presenta limitaciones en su efectividad clínica debido a su baja concentración en el sistema nervioso central, incluso en su administración por infusión. La barrera hematoencefálica supone un desafío para que los fármacos accedan al sistema nervioso central, lo que ha dificultado el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
La introducción sintética de un residuo catiónico con carga deslocalizada en la estructura de la ciclosporina A ha demostrado mejorar la acumulación mitocondrial del fármaco y su penetración en el sistema nervioso central. Este avance ha permitido alcanzar niveles cerebrales significativos de la molécula, hasta 20 veces superiores a los obtenidos con sus predecesores no modificados. Además, esta tecnología podría extenderse a otros fármacos para posibilitar su acceso al sistema nervioso central.
AMPLIAS IMPLICACIONES TERAPÉUTICAS Y POTENCIALIDADES DE FUTURA INVESTIGACIÓN
Los beneficios potenciales de los inhibidores de ciclofilina D no se circunscriben únicamente a la esclerosis múltiple, sino que se extienden a otras enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad de Alzheimer. La investigación en este campo revela un patrón común de disfunción mitocondrial en estas condiciones, allanando el camino para futuras investigaciones y posibles aplicaciones terapéuticas.
Con estos avances científicos y farmacéuticos, se vislumbra un horizonte prometedor para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, ofreciendo nuevas perspectivas para mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo.