La economía española ha sido objeto de una revisión al alza en sus previsiones de crecimiento, según los últimos datos presentados por el Gobierno. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha detallado que la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español para este año se ha aumentado en cuatro décimas, hasta alcanzar el 2,4%. Además, la proyección para el 2025 también se ha mejorado en tres décimas, llegando al 2,2%.
Estos ajustes al alza en las perspectivas económicas se sustentan en el mejor comportamiento de las exportaciones y la inversión, así como en la buena evolución del mercado de trabajo, que el Ejecutivo espera impulsar por encima de los 22 millones de ocupados al final de la legislatura. Sin duda, un panorama económico favorable que posiciona a España como el motor de crecimiento entre las grandes economías europeas, no solo a corto plazo, sino también a futuro.
La Senda Hacia una Mayor Estabilidad Fiscal
Tras la revisión al alza de las previsiones de crecimiento, el Gobierno también ha diseñado una senda fiscal hasta el año 2027 que contempla una reducción gradual del déficit público. Según las proyecciones, el déficit pasaría del 2,5% del PIB en 2025 al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027.
Asimismo, el Ejecutivo se ha fijado como objetivo recortar la deuda pública por debajo del 100% al final de la legislatura. Esta estrategia de consolidación fiscal, en un contexto marcado por la reactivación de las reglas fiscales europeas, sin duda fortalecerá la posición de la economía española y su capacidad de resiliencia ante futuros desafíos.
Aterrizaje Suave y Crecimiento Sostenido
Después de los sólidos crecimientos previstos para 2024 y 2025, el titular de Economía ha explicado que se espera un «aterrizaje» del crecimiento, situándose en niveles cercanos al 2% a partir de 2026. Esta transición hacia una etapa de crecimiento más moderado, pero aún por encima de los principales socios europeos, refleja la **madurez y estabilidad de la *economía española*.
La combinación de mayores niveles de actividad, una mejor situación fiscal y un mercado laboral fortalecido augura un escenario económico favorable para los próximos años, consolidando a España como una de las economías más dinámicas y resilientes de la Unión Europea.






