La incubación es un proceso fascinante y desafiante para los flamencos, una especie icónica que ha cautivado a los visitantes de Bioparc Fuengirola durante años. Cada primavera, este parque natural se convierte en el escenario de un espectáculo natural único, donde los intrépidos polluelos de flamenco luchan por abrirse paso hacia la vida.
El equipo de Zoología del parque ha desempeñado un papel crucial en este proceso, trabajando diligentemente para crear el entorno perfecto para que los flamencos puedan llevar a cabo su reproducción. Mediante la cuidadosa preparación del suelo, la regulación de los niveles de humedad y salinidad, y el respeto al proceso natural de incubación, los expertos han logrado que esta colonia de flamencos siga creciendo año tras año.
Construyendo Nidos y Dando la Bienvenida a los Recién Nacidos
Cada primavera, los flamencos comienzan a exhibir sus rituales de cortejo, una danza fascinante que culmina con la construcción de sus nidos en la playa del parque. Estos nidos, elaborados con barro y arcilla, se alzan como pequeñas fortalezas que protegen a los huevos durante el largo proceso de incubación.
Una vez que los huevos eclosionan, los polluelos tienen que enfrentar un gran desafío: romper el cascarón. Este proceso puede tardar hasta 48 horas y deja a los pequeños flamencos exhaustos, pero con la energía necesaria para consumir el «vitelo» de sus huevos y recibir la primera alimentación de sus padres, conocida como «leche de buche«.
El Desarrollo y Cuidado de los Flamencos Más Jóvenes
Después de nacer, los polluelos se mantienen en el nido durante tres a cuatro días, o incluso una semana en algunos casos. Durante este tiempo, son vigilados y cuidados por los adultos de la colonia. Una vez que se atreven a dejar el nido, se les puede ver explorando la colonia y formando pequeñas guarderías, una imagen que sin duda deslumbra a los visitantes del parque.
El Bioparc Fuengirola se enorgullece de ser testigo de este maravilloso proceso de reproducción y de poder compartir la belleza y la magia de los flamencos con todos los que visitan este encantador parque natural. Cada nacimiento es una celebración de la vida, una muestra del delicado equilibrio de la naturaleza y un recordatorio de la importancia de proteger y conservar estas especies icónicas.