La Policía Nacional ha logrado desarticular una organización criminal centrada en la trata de personas y la explotación de plantaciones de marihuana en Barcelona, Tarragona y Castellón, culminando con la detención de 28 individuos. Este golpe a la delincuencia organizada revela una compleja red con numerosas ramificaciones y actividades ilegales.
Los delitos y acusaciones
Los detenidos se enfrentan a acusaciones graves que incluyen trata de seres humanos, pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, falsedad documental, delitos contra el derecho de ciudadanos extranjeros y defraudación de fluido eléctrico. Estas imputaciones reflejan la magnitud y la gravedad de las actividades perpetradas por la red.
El modus operandi: cómo operaba la organización criminal
La banda criminal alquilaba naves industriales bajo el nombre de empresas sin actividad y convertían estos espacios en macro plantaciones de marihuana. Para mantener la operación en funcionamiento, captaban a ciudadanos extranjeros en sus países de origen, prometiéndoles trabajo en España. Sin embargo, una vez en territorio español, eran trasladados a las plantaciones, donde se les despojaba de sus pertenencias y pasaportes, dejándolos incomunicados con un único móvil con un solo contacto. Además, las amenazas hacia sus familias eran constantes para garantizar su obediencia y explotación.
La operación ha permitido la incautación de 13,218 plantas de marihuana, 1,308 gramos de hachís, tres armas con cartuchos, 35,320 euros en efectivo y ocho documentos de identidad falsos. Asimismo, se estima que la defraudación de fluido eléctrico alcanzó los 1,950,000 euros, lo cual ejemplifica el enorme impacto económico y energético delictivo.
Las conexiones internacionales y duración de la investigación
A lo largo de más de un año, la Policía Nacional llevó a cabo una exhaustiva investigación que culminó en el pasado mes de junio con la detención de los líderes de la organización criminal. Uno de estos líderes ya contaba con un historial delictivo significativo, habiendo sido condenado en Albania en 2002 a 25 años de prisión por cruce y asistencia ilegal de fronteras.
Los vínculos con otras organizaciones
La organización desmantelada tenía estrechos vínculos con otro grupo criminal que ya había sido investigado anteriormente por la Comisaría General de Extranjería y Fronteras. Este grupo había sido responsable de la trata de ciudadanos albaneses y otros delitos, resultando en la detención de un total de 123 personas. Estas conexiones refuerzan la dimensión internacional y el alcance de la red criminal.
La lucha contra el crimen organizado es una tarea continua que requiere dedicación, recursos y cooperación internacional. La reciente operación de la Policía Nacional en Barcelona, Tarragona y Castellón es un claro ejemplo de los esfuerzos para salvaguardar los derechos humanos y garantizar un entorno seguro y legal. Sin duda, la caída de este poderoso grupo criminal es un paso significativo hacia la justicia y la protección de las víctimas.