La calle española donde encontrar pareja es pan comido

Una calle puede ser la salvación para el soltero que quiere encontrar pareja. Una calle pintoresca, llena de bares, luces y atractivos diversos también es el sitio ideal para hallar el amor en quienes tienen ganas de hacerlo.

Este mágico lugar se conoce como la «calle de los alfileritos» se encuentra en Toledo y posee una mágica historia detrás. No es San Antonio el santo que puede enviarte un novio sino la Virgen de los alfileritos, que posee su propio altar en un recóndito escondite y a la que los fieles van a dejar sus ofrendas para encontrar finalmente a su media naranja.

Cómo es el mito que esconde esta misteriosa calle española

@fabianajmedina

Asi como en Madrid, si no pasas por la calle de la pasa no te casas, en Toledo si estás buscando pareja, OJO, sino no sigas leyendo, puedes visitar la calle de los alfileritos y pedirle a la virgen que te conceda ese favor. Yo había escuchado que esta petición se la hacen a San Antonio, hasta lo ponen de cabeza y bien lo decía Chayanne en su canción de palo palo. Son costumbres que las personas se van creando en diferentes lugares y que forman parte de su idiosincrasia. De las otras veces que había visitado Toledo no había pasado por aquí ni conocía la leyenda, por eso ahora la comparto. En internet hay varias versiones de cómo fue creciendo esta tradición de dejarle a la Virgen Dolorosa alfileres a través de unos huequitos que tiene el vidrio que la protege y pedirle que te conceda el amor de alguien más. La que me contaron y que veo que se repite más entre los portales web, es la historia de doña Soledad de Vargas, una hermosa doncella que se enamoró de un militar, el alférez don García de Ocaña y que partió a luchar en tierras lejanas. Resumiendo un poco, doña Sol rezaba todas las noches para que volviera o tener noticias de su amor, pero en esa época era muy difícil establecer comunicación y las cartas tardaban. Ella pensó que sus rezos no eran suficientes desde su hogar y una noche salió acompañada de una cuidadora, decían que era costurera y solterona, fue donde se consiguió con la imagen de la virgen dolorosa en una capillita en medio del frío y la noche, ahí comenzó a pedirle. La mañana siguiente tuvo noticias del militar. Agradecida con el santísimo que a través de su madre concedió su petición, continuó rezando con fervor cada noche y cuando se quedaba dormida, la costurera la pinchaba con un alfiler para despertarla y poder seguir, aún adolorida pero agradecida por el apoyo para poder terminar sus oraciones, Soledad introducía un alfiler por las rejitas que protegían a la virgen a modo de ofrenda. Así sucedía noche tras noche, hasta que un día volvió su amado y pudieron realizar su matrimonio y vivir juntos como deseaban. Así como tú y yo @hildemarosolis 😍

♬ sonido original – Fabiana Medina
Además de los diversos atractivos de Toledo, la «calle de los alfileritos» es otro de los atractivos escondidos de la ciudad española. En uno de sus rincones se encuentra la Virgen de los alfileritos a los que los creyentes le dejan sus alfileres para pedirle que le conceda la gracia del amor.

La historia detrás de este «ritual» habla sobre el desamor, la espera y de cómo atraer el amor eterno. La persona que inició con esta leyenda usaba los alfileres para traer a su amante y pedir que éste regresara. Desde allí, instaló un ritual que se convirtió en un clásico del lugar.

La historia detrás de la calle más romántica

La historia detrás de la calle más romántica

Aunque existen diversas leyendas sobre la calle de los alfileritos, la historia de doña Soledad de Vargas es la más arraigada en la cultura española. Se trata de la vida de una hermosa doncella que se enamoró de un militar, el alférez don García de Ocaña, quien partió a luchar en tierras lejanas. Desde su partida, la mujer comenzó a implorarle a la virgen por su regreso, en épocas en la que los medios de comunicación eran escasos.

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Desesperada por la ausencia de su amor, Doña Soledad decidió salir una noche junto a una costurera que la cuidaba, hacia la imagen de la Virgen Dolorosa donde le pidió por el regreso de su amante. Al día siguiente, la dama tuvo noticias del alférez por lo que, en modo de agradecimiento a la imagen, prometió rezar todas las noches con vehemencia y, si quedaba dormida, la costurera que la acompañaba la pinchaba con un alfiler para que se despierte. Aún adolorida pero agradecida por el apoyo para poder terminar sus oraciones, Soledad introducía un alfiler por las rejitas que protegían a la virgen a modo de ofrenda.

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