La Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ha expresado su inquietud sobre la propuesta de Skoda para combinar su negocio con el de Talgo. Según la asociación, esta iniciativa podría «vulnerar la normativa del mercado de valores y calificarse como abuso o incluso manipulación de mercado».
La CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) ya había advertido que cualquier entidad que quisiera realizar una oferta sobre Talgo deberá presentar una **OPA (Oferta Pública de Adquisición) competidora y mejorar necesariamente las condiciones ofrecidas por el grupo húngaro *Magyar Vagon*. Por lo tanto, la oferta de Skoda, según Aemec, está «al margen de la Ley e incumple los requerimientos manifestados por la CMNV».
La Estrategia de Skoda y las Acusaciones de Aemec
Sin embargo, Skoda ha dejado claro que su intención no es adquirir una participación de control, sino acometer una combinación de negocios, por lo que no estaría obligada a lanzar una contraopa, según indican fuentes del supervisor.
Aemec está siguiendo de cerca este asunto para analizar si Skoda Transportation estaría «liderando una maniobra para alterar el precio del mercado de la única oferta conocida«. La asociación insiste en que el «abuso o la manipulación del mercado no sólo podría calificarse como una infracción administrativa y como un acto de competencia desleal, sino que, en nuestro código penal, está tipificado como delito«.
La Posición de Skoda y las Acusaciones Cruzadas
Un portavoz de Skoda ha desmentido que la compañía esté inmersa en un proceso de venta, una supuesta operación que se explica por las acusaciones que el entorno de Magyar Vagon ha vertido sobre la checa, al decir que se trata de una empresa con problemas financieros.
Ciertas informaciones apuntan incluso a que Skoda habría recurrido a Magyar Vagon para que la comprase, algo que Skoda niega tajantemente. No obstante, cabe recordar que la checa tiene unos ingresos hasta seis veces superiores a los de la húngara.
Esta polémica surge por la intención del Gobierno de paralizar que Talgo quede en manos de una empresa participada al 45% por el Estado de Hungría, gobernando ahora por Viktor Orbán, próximo a Rusia y a la extrema derecha.

 
                                    





