El tratamiento del Alzheimer es un ámbito en constante evolución, con la búsqueda incesante de nuevos fármacos que puedan hacer frente a esta devastadora enfermedad neurodegenerativa. En este contexto, el Leqembi (lecanemab), desarrollado por Eisai y Biogen, se perfilaba como uno de los más prometedores, al apuntar a la proteína beta-amiloide como clave para el deterioro cognitivo en las primeras etapas del Alzheimer.
Sin embargo, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha rechazado recientemente la autorización de comercialización de este medicamento, debido a los efectos secundarios graves asociados, entre los que destacan las hemorragias cerebrales y el encogimiento del cerebro. Este revés pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los investigadores y autoridades sanitarias en la búsqueda de tratamientos efectivos y seguros para el Alzheimer.
EFECTOS SECUNDARIOS PREOCUPANTES
El CHMP de la EMA ha considerado que el efecto observado de Leqembi en el retraso del deterioro cognitivo no compensa el riesgo de acontecimientos secundarios graves asociados al medicamento. En particular, la agencia ha puesto el foco en la frecuente aparición de anomalías de imagen relacionadas con el amiloide, que implican hinchazón y posibles hemorragias en el cerebro de los pacientes.
Estudios recientes han profundizado en estos efectos secundarios preocupantes. Una investigación publicada en la revista ‘Neurology’ en 2023 advirtió de cambios en el volumen cerebral con distintos tipos de fármacos antiamiloides contra el Alzheimer, entre los que se encontraba el lecanemab. Según este análisis de 31 ensayos clínicos, los participantes que recibieron la dosis más alta del fármaco, aprobada en Estados Unidos, registraron una pérdida de volumen cerebral un 28% mayor en relación con el placebo al cabo de 18 meses.
Además, los autores comprobaron que los anticuerpos como lecanemab provocaban un aumento del tamaño de los ventrículos cerebrales, lo que indicaba que se estaban llenando de líquido. En concreto, en las personas que recibieron la dosis aprobada, su tamaño aumentó un 36% más que en las que tomaron placebo.
RIESGO DE HEMORRAGIA CEREBRAL
Meses antes, en noviembre de 2022, la revista ‘Science’ también describió la muerte de una voluntaria del ensayo del fármaco a causa de una hemorragia cerebral masiva, la segunda producida en el estudio con lecanemab.
La mujer sufrió un derrame cerebral y fue tratada con un anticoagulante, que provocó una hemorragia. Además, tenía angiopatía amiloide cerebral (AAC), una enfermedad en la que el músculo liso de las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro se sustituye gradualmente por depósitos de amiloide.
Según los expertos, el lecanemab, al dirigirse al amiloide, probablemente debilitó los vasos sanguíneos de la mujer, desencadenando la hemorragia. Aunque puede ser difícil de diagnosticar antes de la muerte, incluso con escáneres cerebrales, la AAC se da en cerca de la mitad de los pacientes con Alzheimer, por lo que «podría ser peligroso administrar el lecanemab sin advertencias firmes sobre su aparente interacción con los anticoagulantes», según advirtió la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
En el dictamen de su aprobación, la FDA incluyó una advertencia de que en casos «raros» puede causar efectos secundarios «graves y potencialmente mortales«. Paresh Malhotra, jefe de la División de Neurología del Imperial College de Londres, detalló que estos efectos adversos «están relacionados con la genética de los pacientes y también con el hecho de que estén tomando anticoagulantes«.