El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha dado un paso importante en la búsqueda de un acuerdo sobre la reducción de la jornada laboral. Tras las reuniones con CCOO, UGT, CEOE y Cepyme, se ha propuesto una implementación más gradual de la jornada de 37,5 horas semanales a lo largo del año 2025, en lugar de su adopción inmediata a partir del 1 de enero. Esta medida busca atraer a las organizaciones empresariales hacia un posible acuerdo, al ofrecer una mayor flexibilidad en la aplicación de esta política.
La propuesta del Ministerio también incluye la posibilidad de introducir más permisos adicionales o mayores vacaciones, así como un mayor margen para la distribución irregular de la jornada laboral. Estas concesiones tienen como objetivo abordar las preocupaciones de los diversos sectores económicos, como la agricultura y la hostelería, que se enfrentan a ciclos productivos más variables a lo largo del año.
Hacia un Acuerdo de País Duradero
El objetivo del Ministerio es lograr un «acuerdo de país que tenga vigencia durante varias décadas y que sea realmente efectivo». Para ello, busca el respaldo de los interlocutores sociales, evitando medidas «fake» o de carácter superficial. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha destacado la importancia de contar con el sello de los agentes sociales en una medida tan estructural como la reducción de la jornada laboral.
La negociación se está llevando a cabo con la intención de «apurar al máximo los márgenes temporales» para alcanzar un gran acuerdo que beneficie a las próximas generaciones. Si bien el Ministerio ha ofrecido una reducción de jornada «menos abrupta» al extenderla a lo largo de 2025, aún existe la posibilidad de implementar la jornada de 38,5 horas semanales en 2024, tal como se estableció en el acuerdo de coalición.
Reacción de los Sindicatos y Desafíos Pendientes
Por su parte, los sindicatos CCOO y UGT han advertido que, de no avanzar sustancialmente en la próxima reunión, convocarán movilizaciones para principios de septiembre. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, considera que la negociación ha entrado en un «bucle» y no ve posibilidad de acuerdo a corto plazo, ya que CEOE aún no ha expresado su disposición a negociar una reducción del tiempo de trabajo.
Estos desafíos ponen de manifiesto la necesidad de encontrar un equilibrio entre las demandas de los trabajadores, representados por los sindicatos, y las preocupaciones de las organizaciones empresariales. La capacidad del Ministerio de Trabajo y Economía Social para reconciliar estas posiciones divergentes será clave para alcanzar un acuerdo que satisfaga a todas las partes y conduzca a una reforma laboral sostenible a largo plazo.