La contracción de las fábricas chinas se agrava en julio, según el PMI

La economía china ha experimentado un nuevo revés en su actividad manufacturera durante el mes de julio, según los últimos datos del índice de gestores de compra (PMI) oficial. Esta contracción, la tercera consecutiva, refleja la debilidad del sector industrial chino y plantea importantes desafíos para el crecimiento económico del país.

Sin embargo, esta situación también representa una oportunidad para que las autoridades chinas implementen medidas de apoyo y estímulo que puedan impulsar la reactivación de la actividad productiva y el consumo interno. En este contexto, es fundamental analizar las implicaciones de esta desaceleración y las posibles estrategias que Pekín puede adoptar para fomentar una recuperación económica sostenible.

Contracción del sector manufacturero chino

El índice PMI oficial, que mide la actividad del sector manufacturero, retrocedió a 49,4 puntos en julio, frente a los 49,5 puntos registrados en junio. Esta caída, la tercera consecutiva, marca la peor lectura del dato desde el pasado mes de febrero, situando a la actividad fabril china en territorio de contracción.

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Los principales indicadores que componen el PMI reflejan esta debilidad. El subíndice de producción se situó en el 50,1%, frente al 50,6% de junio, mientras que el de nuevos pedidos retrocedió al 49,3%, desde el 49,5% del mes anterior. Además, el empleo en el sector continuó mostrando una evolución negativa, con una lectura del 48,3%, aunque ligeramente menos pronunciada que en junio, cuando se situó en el 48,1%.

Desaceleración del sector servicios y el PMI compuesto

La debilidad no se limita al sector manufacturero, sino que también se refleja en la desaceleración del sector servicios. El índice PMI no manufacturero se situó en julio en 50,2 puntos, en comparación con los 50,5 puntos del mes anterior, lo que indica un menor ritmo de expansión desde noviembre de 2023.

Como resultado de estas tendencias, el PMI compuesto para China alcanzó los 50,2 puntos en el séptimo mes del año, por debajo de los 50,5 puntos de junio. Este dato compuesto refleja la pérdida de impulso de la actividad económica en el país asiático.

Medidas de apoyo y perspectivas de recuperación

Ante este escenario, los analistas señalan que las autoridades chinas se han visto obligadas a intensificar el apoyo político para impulsar una recuperación de la actividad en los próximos meses. En este sentido, destacan que se han recortado los tipos de interés con «un grado inusual de urgencia» y se han comprometido a acelerar la emisión de bonos especiales y el gasto fiscal.

Estas medidas deberían brindar cierto apoyo a la demanda interna y impulsar una reaceleración modesta del crecimiento en los próximos meses, según los expertos. Sin embargo, será fundamental que Pekín mantenga un enfoque integral y coordinado de políticas monetarias, fiscales y estructurales para lograr una recuperación económica sostenible a largo plazo.

En conclusión, la desaceleración de la actividad fabril china representa un reto importante, pero también una oportunidad para que las autoridades implementen estrategias efectivas de apoyo y estímulo que puedan reactivar la economía y sentar las bases para un crecimiento más sólido y equilibrado en el futuro.

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