lunes, 23 junio 2025

La tasa de cesáreas en la sanidad pública fue del 22,4% en 2022 y del 34,5% en la privada

El Sistema Nacional de Salud (SNS) de España desempeña un papel crucial en la atención de partos, encargándose de 8 de cada 10 nacimientos. Este sistema público ha mantenido una tasa de cesáreas del 22,4% en 2022, un dato significativo al compararlo con el sector privado, donde la tasa asciende al 34,5%. Estos resultados reflejan las diferencias en las prácticas de atención perinatal entre los dos tipos de gestión sanitaria.

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En los hospitales del SNS, la proporción de partos vaginales en relación con las cesáreas fue de 3,5 durante 2022, mientras que en las instituciones privadas fue de 1,9. En términos absolutos, el SNS gestionó 203.251 partos vaginales y 58.740 cesáreas, frente a los 39.145 partos vaginales y 20.624 cesáreas del sector privado. Este informe proporciona una visión detallada de la situación de las cesáreas, partos vaginales y otras prácticas obstétricas en España.

Diferencias en la Tasa de Cesáreas entre el SNS y el Sector Privado

El análisis de los datos revela que las tasas de cesáreas en los hospitales del SNS se han mantenido estables desde 2012, mientras que en el sector privado ha habido una ligera disminución de 3,01 puntos porcentuales en la última década. Este patrón sugiere que las políticas y protocolos del SNS han logrado una mayor estabilidad en la práctica de cesáreas.

España ocupa la decimotercera posición en la lista de cesáreas realizadas entre los países de la OCDE, con 242,2 procedimientos por cada 1.000 nacidos vivos. Bulgaria encabeza esta lista con una tasa significativamente más alta de 464,7 por 1.000. Esta comparación internacional subraya la importancia de seguir evaluando y ajustando las prácticas obstétricas en función de los mejores intereses de las madres y los recién nacidos.

En el ámbito nacional, las tasas de cesáreas varían significativamente entre las diferentes Comunidades Autónomas (CCAA). Por ejemplo, en Andalucía la tasa es del 23,8% en hospitales del SNS y del 34% en los privados, mientras que en Navarra las cifras son 14,6% y 27% respectivamente. Estas diferencias regionales reflejan posibles variaciones en las prácticas médicas y en la gestión sanitaria de las CCAA.

Trauma Obstétrico en Partos Vaginales Instrumentados y No Instrumentados

El informe también presenta datos preocupantes sobre el trauma obstétrico. En 2022, el 1,05% de los partos vaginales no instrumentados en el SNS sufrieron algún tipo de trauma obstétrico, lo que representa un aumento de 0,3 puntos porcentuales desde 2012. Este incremento, aunque moderado, resalta la necesidad de revisar y mejorar las técnicas de asistencia al parto para minimizar estos riesgos.

Los partos vaginales instrumentados muestran una tasa de trauma obstétrico del 5,29%, manteniendo una tendencia creciente en los últimos diez años. Esta situación plantea interrogantes sobre la seguridad y la adecuación del uso de instrumentos durante el parto, y subraya la importancia de protocolos claros para proteger a las madres y a los bebés.

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Sanidad destaca que los porcentajes de trauma obstétrico son indicadores claves de la calidad de la atención perinatal y de la seguridad de los procedimientos. Estudios diversos han señalado que el uso indiscriminado de episiotomías puede aumentar significativamente el riesgo de desgarros perineales severos, lo cual refuerza la necesidad de aplicar estas intervenciones solo cuando sea estrictamente necesario.

Inducción al Parto y su Aumento en la Última Década

En 2022, el 27,5% de los 203.251 partos vaginales atendidos en hospitales del SNS fueron partos inducidos. Este porcentaje ha aumentado un 61,8% durante el período 2016-2022, lo que indica una tendencia creciente hacia la inducción al parto en la atención obstétrica nacional.

La inducción al parto, aunque necesaria en ciertos casos médicos, conlleva riesgos que deben ser gestionados cuidadosamente. Sanidad subraya que la decisión de inducir un parto debe estar siempre justificada por indicaciones obstétricas claras, para asegurar la seguridad tanto de la madre como del bebé.

Esta práctica es un indicador de resultado dentro de la seguridad clínica, y su creciente prevalencia requiere una evaluación continua para determinar sus efectos a largo plazo en la salud materna y neonatal. La evolución de la inducción al parto refleja cambios en las prácticas obstétricas, posiblemente influenciados por nuevos estudios científicos y avances en la medicina perinatal.

En resumen, el informe del SNS 2023 proporciona una visión completa y detallada de las prácticas de parto en España, destacando las diferencias entre el sector público y privado, y subrayando la importancia de continuar mejorando la calidad y seguridad de la atención perinatal para el bienestar de las madres y los recién nacidos.

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