Si estás cansado del daño que producen los productos químicos en tu cabello, la sal gruesa puede ser la mejor solución. Este simple producto, que la mayoría tenemos en nuestra cocina, podría ser el secreto mejor guardado para revitalizar el cabello de forma natural, especialmente cuando ha sufrido las agresiones de esos ingredientes que son muy dañinos para el pelo.
¿Pero cómo la sal gruesa puede ayudar al cabello? Este producto de cocina no solo sirve para aportar sabor a los alimentos, también genera ciertos efectos en el pelo y en el cuero cabelludo que pueden ayudar a hacerlo lucir mucho más saludable, brilloso y manejable. Aquí te contamos cómo funciona y cómo debes aplicarlo.
Así funciona la sal gruesa para mejorar el cabello

Para mejorar el bienestar de tu cabello, muchos expertos recomiendan añadir un poco de sal gruesa al champú. Esto ayudará a realizar una buena exfoliación al cuero cabelludo, lo cual es ideal para eliminar las células muertas y la acumulación de productos, de modo que la piel puede regenerarse. Además, este producto tiene la capacidad de regular la producción de sebo, de modo que se reduce el exceso de grasa o la sequedad del cabello, según sea el caso.
Por otra parte, este ingrediente aumenta el volumen de la melena y esto se debe a que aporta más textura al cabello, haciendo lo más grueso. De esta manera, notaras una abundante cabellera después de aplicar esta técnica. Igualmente, este método es perfecto para limpiar a profundidad el cabello, por lo que aporta mucho más brillo. En este sentido, aplicar este producto puede ser muy beneficioso en la salud del cabello, ¿pero cuál es la manera adecuada de aplicarlo?
¿Cómo usar la sal gruesa para cuidar tu cabello?

Para obtener los beneficios de esta técnica en el cabello, lo primero que tienes que hacer es crear tu propio champú exfoliante añadiendo una cucharada de la sal con tu champú habitual. Luego, aplica el producto sobre tu cuero cabelludo húmedo y masajea suavemente con movimientos circulares para estimular la circulación y eliminar las impurezas.
Después de unos minutos, enjuaga con abundante agua y asegúrate de eliminar toda la sal para evitar la acumulación. Termina el proceso utilizando un acondicionador que ayude a hidratar el cabello después de utilizar el producto preparado. No debes olvidar que este método, al tratarse de una exfoliación, no debe realizarse diariamente. Lo ideal es realizar este proceso una vez a la semana y de esa manera la salud de tu cabello se mantendrá a tope.