Bosal puede pagar las indemnizaciones por el ERE, según el comité de empresa

La factoría de Pedrola (Zaragoza) de la multinacional belga de tubos de escape Bosal se enfrenta al cierre y al despido de 131 trabajadores. El comité de empresa ha denunciado un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo «injustificable» que ha pillado a la plantilla por sorpresa, y ha criticado la actitud de la dirección de la planta, que pretende declarar un concurso de acreedores para evitar hacerse cargo de las indemnizaciones.

La situación es especialmente crítica para los trabajadores, que han manifestado su indignación ante el ERE y la posibilidad de quedarse sin empleo en un momento complejo en el mercado laboral. El comité de empresa reclama una negociación justa que asegure una salida digna para los trabajadores, incluyendo la posibilidad de recolocaciones y la protección de los trabajadores de más de 55 años.

La dirección de Bosal busca eludir responsabilidades

El presidente del comité de empresa, David Chico, ha afirmado que la empresa «está perfectamente en condiciones de afrontar las indemnizaciones», pero la dirección de la planta pretende que sea el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) el que pague las indemnizaciones por los 131 despidos. El comité de empresa se opone a esta medida y exige que la empresa asuma su responsabilidad.

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La empresa ha argumentado que la factoría de Pedrola ha estado operando con pérdidas durante los últimos 20 años y que el grupo empresarial al que pertenece ha inyectado dinero para mantener la planta. Sin embargo, el comité de empresa considera «injustificable» que no se haya invertido el dinero necesario para afrontar las indemnizaciones y cerrar la planta de forma «normalizada». Los trabajadores denuncian que la dirección está utilizando el concurso de acreedores para eludir sus responsabilidades y dejar a los trabajadores en una situación vulnerable.

Un cierre que deja a la plantilla en el limbo

La decisión de cerrar la factoría ha generado un clima de incertidumbre entre los trabajadores, que se encuentran en una situación de limbo sin saber cuál será su futuro profesional. La dirección ha suspendido la actividad productiva y ha retirado materiales de la fábrica para ponerlos en venta, lo que ha incrementado las preocupaciones de los trabajadores.

La plantilla ha denunciado la falta de transparencia por parte de la dirección y la limitación de su libertad sindical, ya que no se les permite acceder a las oficinas del comité ni a su material de trabajo. Los trabajadores se sienten abandonados por la empresa y exigen una negociación justa que les permita hacer frente a esta situación difícil. La lucha de los trabajadores de la factoría de Pedrola de Bosal es un ejemplo de la vulnerabilidad de los trabajadores ante las decisiones de las empresas y la necesidad de fortalecer la protección de los derechos laborales en situaciones de cierre o reestructuración.

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