La industria automotriz china se ve sacudida por la noticia de la declaración de quiebra de HiPhi, un fabricante de vehículos eléctricos de lujo. Tras una solicitud presentada ante el Tribunal Popular de Yancheng, la empresa admitió que sus activos ya no son suficientes para cubrir sus deudas. Esta situación la convierte en la última víctima de la intensa guerra de precios que se libra en el mercado chino, donde la competencia entre más de un centenar de marcas por el dominio del sector es feroz.
La Reestructuración: ¿Un Último Esfuerzo para Evitar el Colapso Total?
Ante la solicitud de HiPhi, el tribunal ha determinado que la empresa cumple con los requisitos financieros para acogerse a un proceso de reestructuración. En los próximos días, se espera el anuncio del nombramiento de un administrador que supervisará este proceso durante el próximo semestre, con posibilidad de extenderlo un trimestre más. Esta medida, considerada por las autoridades chinas como un último recurso para evitar la quiebra total, busca reducir los costos de la reestructuración y revitalizar los activos valiosos de la empresa.
HiPhi: Del Auge Inicial a la Difícil Realidad del Mercado
Fundada en 2017, Human Horizons, la empresa matriz de HiPhi, logró posicionar rápidamente a la marca como un referente en el segmento de vehículos eléctricos de lujo con el lanzamiento de su primer modelo, el HiPhi X, en 2020. Sin embargo, la compañía se ha enfrentado a persistentes problemas operativos y de ventas. Aunque el lanzamiento del modelo HiPhi Y en 2023, con un precio más accesible, supuso un impulso temporal en las ventas, no fue suficiente para estabilizar las cuentas de la empresa. La desaceleración de la demanda en el mercado chino, aunada al fin de los subsidios estatales para la compra de vehículos eléctricos en 2022, ha desencadenado una guerra de precios entre las automotrices del país, poniendo en una situación crítica a empresas como HiPhi. El futuro de la compañía pende de un hilo, mientras el mercado observa con atención el desarrollo de la reestructuración y la posibilidad de que un nuevo inversor pueda rescatar a la marca del colapso definitivo.