La carrera electoral en Estados Unidos siempre ha sido un hervidero de controversias, y esta vez el expresidente Donald Trump ha vuelto a encender el debate. En el centro de esta polémica se encuentra Céline Dion, quien ha criticado abiertamente el uso de su icónica canción de Titanic, «My Heart Will Go On», en un mitin político del candidato republicano. Esta disputa resalta la recurrente problemática del uso no autorizado de música en la política.
El conflicto entre Céline Dion y Donald Trump
El incidente tuvo lugar en Montana, cuando la campaña de Trump utilizó sin autorización la popular canción de Dion, acompañada de un video que proyectaba a la artista cantándola. Este uso no consentido plantea una serie de implicaciones legales, especialmente por el contexto especial que envuelve al tema central de la película «Titanic», la cual narra una trágica catástrofe marítima.
A raíz de este suceso, tanto el equipo de gestión de Céline Dion como Sony Music Entertainment Canada Inc. emitieron un comunicado. En él, dejaron claro su descontento y desaprobación ante una acción que consideraron inadecuada. El comunicado expresaba: «De ninguna manera este uso está autorizado y Céline Dion no aprueba este o cualquier otro uso similar… Y en serio, ¿esa canción?».
La historia de disputas por uso de música en la política
Donald Trump no es un extraño a este tipo de controversias, ya que en el pasado ha enfrentado numerosas quejas por usar canciones sin la debida autorización. Canciones como «Rockin’ in the Free World» de Neil Young, «Losing My Religion» de R.E.M., «We Will Rock You» de Queen o «I Won’t Back Down» de Tom Petty han sido objetos de declaraciones contrarias de sus respectivos autores. En casos extremos, como el de The Rolling Stones, la lucha llegó a los tribunales, acusando al expresidente de apropiarse de «You Can’t Always Get What You Want» durante sus actos de campaña.
Esta repetida situación subraya un problema no solo legal sino también ético, donde los artistas luchan por mantener el control sobre cómo y cuándo su música se utiliza, especialmente en contextos políticos con los que podrían no estar de acuerdo.
La legalidad y derechos de autor en el ámbito político
La cuestión de los derechos de autor es crucial en estos conflictos. La ley permite a los propietarios de derechos de autor proteger su trabajo y decidir cuándo y dónde se pueden usar sus creaciones. Sin embargo, en eventos políticos, a menudo surgen lagunas legales que complican la situación. Muchas campañas adquieren licencias generales que permite el uso de determinadas listas de reproducción sin autorización directa de los artistas, lo que genera confusión y descontento entre los creadores.
La icónica «My Heart Will Go On» y su legado
La canción «My Heart Will Go On» no solo es un emblema de la cinematografía, sino también un ícono musical premiado con numerosos galardones. Escrita por el fallecido James Horner y con letra de Will Jennings, fue publicada en 1997 junto a la monumental película de James Cameron. El tema ganó un Oscar, un Globo de Oro y cuatro premios Grammy, consolidando su lugar en la historia musical.
Este poder emocional y su relevancia en la cultura popular hacen que el uso inde(se)ubido del tema en contextos políticos sea más impactante, provocando reacciones tanto de admiradores como de su intérprete.
El regreso triunfal de Céline Dion
Después de haber estado alejada del foco mediático debido al síndrome de Stiff Persons que padece, Céline Dion hizo un regreso memorable este año. Su interpretación en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio fue un verdadero testimonio de su talento y resiliencia. A pesar de la intensa lluvia, la artista canadiense cautivó al público con su ejecución de «L’Hymne A L’Amour» de Édith Piaf sobre la majestuosa Torre Eiffel.
La música en política
La repetida infracción a los derechos de autor en eventos políticos refleja un desafío constante en la intersección entre política y música. Es esencial que las campañas respeten las creaciones artísticas, entendiendo que la música tiene un poderoso mensaje y contexto que no debe ser manipulado ni usado fuera del consentimiento del creador.
Es probable que continúe el debate sobre cómo regular y respetar los derechos de autor en toda su amplitud, buscando un equilibrio justo entre la libertad de expresión y los derechos legítimos de los artistas. Mientras tanto, figuras destacadas como Céline Dion seguirán defendiendo su obra, asegurándose de que su legado se mantenga íntegro e inalterado.