El verano es un buen momento para encontrar en las plataformas de streaming tesoros escondidos en cuanto a series, películas y documentales. Si eres de los que te encantan las ficciones románticas no te puedes perder la película Retrato de una mujer en llamas que es una obra de arte para muchos y para otros una cinta romántica de calidad. Una película romántica que se puede disfrutar en la plataforma Prime Video y que no te puedes perder.
Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu) es una película dramática de época romántica francesa de 2019 escrita y dirigida por Céline Sciamma, protagonizada por Noémie Merlant y Adèle Haenel. Esta cinta es una buena opción para los que les gusta una historia de amor de calidad y no les importa si el final es feliz o no. Para los que no la han visto nunca seguro que verla en Prime Video es una experiencia irrepetible y para los que ya la han visto una ocasión para repetirlo.
La película francesa Retrato de una mujer en llamas ha sido dirigida por Céline Sciama, como hemos explicado, y cuenta una preciosa historia que transcurre en 1770 en Francia. La protagonista es una pintora bastante reconocida que recibe un encargo de una condesa que consiste en realizar un retrato de su hija Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento y que su madre quiere casar. Según cómo salga el retrato, su prometido dirá sí o no.
1¿Qué ocurre en la película Retrato de una mujer en llamas?
La protagonista de esta película como hemos dicho es Marianne una pintora que recibe un encargo especial. Al principio de la cinta esta pintora está dando una clase de pintura, posando para sus alumnas, cuando ve un cuadro que la perturba. «¿Cómo se titula?», dice una de ellas. «Retrato de una mujer en llamas», dice, mientras la visión de la obra hace que viaje al pasado, a la vez que lo hace el espectador.
A continuación vemos que llega en barca a una isla donde ha sido contratada para que pinte un retrato. Allí está Héloïse, una joven de la nobleza francesa del siglo XVIII que acaba de salir de un convento y se ve obligada a casarse por su madre. Antes de la boda, y siguiendo las costumbres de la época, tiene que enviar un retrato a su prometido. Para hacerlo se contrata a Marianne, experta en este género. Pero la artista antes tiene que aceptar una condición: hacerse pasar por acompañante para que Héloïse no sepa el motivo de su presencia.
Los problemas surgen cuando la pintora se entera que Héloïse no se quiere casar y se niega a posar para ser retratada por la artista. El anterior retratista se fue de la isla al entender que su misión era imposible, pero Marianne acepta el reto de retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a pasear con ella mientras la observa con detenimiento para ir dibujado por las noches de memoria o por bocetos.
Esos paseos y miradas hacen que vaya surgiendo entre ellas una complicidad diferente y bastante especial. Hay que tener en cuenta que no era muy normal en el siglo XVIII que dos mujeres tuvieran un romance. En la película se nota en todo momento que las dos mujeres tienen un secreto que quieren ocultar a los demás. Uno de los momentos más esclarecedores es cuando se intercala la fábula de Orfeo y Eurídice como una metáfora de lo que las dos pueden perder y nos anticipa un final trágico Orfeo pierde a Eurídice por segunda vez al girarse a mirarla antes de tiempo de lo mucho que la quiere.
