En un estudio internacional liderado por el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del CSIC, se ha descubierto que la pérdida de carbono orgánico en suelos de ecosistemas áridos es «más rápida de lo esperado» como consecuencia del aumento de las temperaturas y la reducción de precipitaciones. Estos resultados, publicados recientemente en la revista ‘Nature Climate Change’, sugieren que el calentamiento global y el incremento de aridez pueden suponer pérdidas imprevistas del carbono almacenado en los suelos de estos ecosistemas a nivel mundial, generando más emisiones de CO2 a la atmósfera.
La Protección Mineral del Carbono del Suelo en Zonas Áridas
La mayor parte del carbono de zonas áridas se encuentra ligado a los minerales del suelo, y los expertos esperaban que estos minerales actuaran como un escudo protector del carbono. Sin embargo, este estudio demuestra que ni siquiera los minerales pueden proteger el carbono de las zonas áridas.
Hasta la fecha, «no se había evaluado la respuesta del carbono orgánico asociado a minerales al cambio climático en las zonas áridas, a pesar de su importancia para el almacenamiento de carbono a largo plazo», según ha apuntado el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y coautor del estudio, Eduardo Moreno-Jiménez.
El profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá de Arabia Saudí, Fernando T. Maestre, ha señalado que en este estudio «hemos analizado las fracciones de carbono orgánico de muestras de suelos de ecosistemas áridos tomadas de manera estandarizada y procedentes de todos los continentes, excepto la Antártida».
Implicaciones y Advertencias del Estudio
Según el investigador y director del Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC y coautor del estudio, César Plaza, «estos resultados señalan que el potencial de la protección mineral para mantener el carbono almacenado en los suelos de las zonas áridas frente al calentamiento global en curso puede ser bastante limitado«. Esto, advierte Plaza, «podría suponer más emisiones de CO2 a la atmósfera de las previstas y la pérdida de servicios ecosistémicos esenciales que dependen en gran medida del carbono orgánico«.
En resumen, este estudio internacional liderado por el CSIC revela una preocupante aceleración en la pérdida de carbono orgánico de los suelos áridos debido al cambio climático, con implicaciones negativas para el balance de carbono global y los ecosistemas de zonas áridas a nivel mundial. Estos hallazgos destacan la urgente necesidad de desarrollar estrategias efectivas para la protección y conservación de estos suelos tan vulnerables ante el calentamiento global.