En un momento en el que la violencia de género se ha intensificado, la exministra de Igualdad, Irene Montero, ha hecho un llamado urgente a la sociedad para que nadie guarde silencio ante esta problemática. Durante un verano que ella califica como «muy difícil», Montero hace un enérgico llamado a las instituciones y a todos los ciudadanos para que no bajen la guardia en la lucha contra este flagelo que sigue cobrando vidas de mujeres y menores.
Violencia Machista: Un Problema Persistente y Urgente
La exministra ha recordado que el silencio es cómplice de la violencia, por lo que ha pedido que ante cualquier indicio o duda, las personas no permanezcan calladas. Montero ha resaltado la importancia de utilizar los recursos disponibles, como la línea de atención 016, que no solo atiende a las víctimas directas, sino también a familias, amistades y conocidos que puedan brindar apoyo y asesoramiento.
Además, Montero ha interpelado directamente al entorno de las víctimas, solicitando que «todo el mundo actúe y que nadie guarde silencio porque el silencio es cómplice». Esta llamada a la acción es fundamental, ya que la violencia de género no solo afecta a las mujeres, sino que también cobra la vida de niños y niñas que son asesinados por sus padres en el contexto de este tipo de violencia.
Cifras Alarmantes y el Llamado a la Responsabilidad
Los datos proporcionados por Montero son realmente alarmantes. En lo que va de año, se han registrado 29 mujeres asesinadas por violencia de género, sumando un total de 1.273 víctimas desde 2003, cuando se empezaron a recabar estos datos. Además, nueve menores han sido asesinados este año a manos de sus padres, en el contexto de la violencia de género.
Ante esta dramática situación, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género se encuentra investigando el presunto asesinato por violencia vicaria de una menor de 17 años en la provincia de Toledo. De confirmarse este caso, sería la víctima número 10 en lo que va de 2024.
Estas cifras deben ser un llamado a la responsabilidad de todas las instituciones y de la sociedad en su conjunto. Es crucial que se refuercen los mecanismos de prevención, atención y protección a las víctimas, y que se fomente una cultura de cero tolerancia hacia la violencia machista.