Una mujer presuntamente maltratada pierde la custodia de sus tres hijas al vivir en un coche

La protección de los menores es una prioridad fundamental en nuestro sistema legal, y este caso ilustra cómo los tribunales priorizan el bienestar de los niños por encima de otros factores. Una madre en una situación vulnerable, tras haber huido de una situación de maltrato en otra comunidad autónoma, se ve obligada a vivir con sus tres hijas en un coche. Esta situación extrema activa la intervención de los servicios sociales, quienes, con el fin de garantizar la seguridad y el bienestar de las menores, las trasladan a un centro de acogida y la Xunta de Galicia asume su tutela.

La madre, una vez estabilizada y con una vivienda, inicia un proceso judicial para recuperar la custodia de sus hijas. A pesar de los esfuerzos de la madre por demostrar su capacidad para cuidar de las menores, la justicia ha fallado a favor de la decisión inicial de la Xunta de Galicia.

El Camino Judicial Confirma la Tutela de la Xunta

El Juzgado de Primera Instancia, en una primera instancia, deniega la petición de la madre basándose en la situación de vulnerabilidad previa y la necesidad de asegurar la protección de las niñas. La madre, decidida a reunirse con sus hijas, presenta un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial. En este recurso, la madre argumenta que su situación ha mejorado considerablemente: dispone de una vivienda adecuada y cuenta con ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de sus hijas.

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Sin embargo, la Audiencia Provincial, tras analizar el caso, decide ratificar la sentencia previa y mantener la tutela de las menores a cargo de la Xunta de Galicia. La decisión se fundamenta en la necesidad de asegurar una estabilidad duradera para las niñas, considerando que la situación actual de la madre, aunque mejorada, no ofrece aún las garantías suficientes.

El Bienestar de las Menores: Eje Central del Sistema Judicial

Este caso refleja la complejidad de las situaciones familiares que a menudo se presentan ante los tribunales y pone de manifiesto la dificultad de encontrar un equilibrio entre el derecho de la madre a estar con sus hijas y la protección del interés superior de las menores. La sentencia, aunque desfavorable a la madre, subraya la importancia de garantizar la estabilidad y el bienestar de las menores como eje central de cualquier decisión judicial que les afecte. Se abre ahora un nuevo escenario en el que se tendrá que seguir trabajando para asegurar, en la medida de lo posible, el contacto y la relación entre la madre y sus hijas, siempre bajo la supervisión y el criterio de los profesionales que velan por el bienestar de las menores.

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