El informe presentado por los Mossos d’Esquadra al magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha sacudido los cimientos del cuerpo policial catalán. En un acto de autocrítica sin precedentes, la institución reconoce abiertamente la existencia de «errores en el dispositivo» implementado para detener al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el pasado 8 de agosto. Este reconocimiento, que ha trascendido a la opinión pública, arroja nuevas sombras sobre la fallida operación policial y plantea serias dudas sobre su planificación y ejecución.
La solicitud del juez Llarena, instructor del «procés», se centraba en obtener un análisis exhaustivo del operativo desplegado en Barcelona para ejecutar la orden de detención emitida por el Supremo contra Puigdemont. El magistrado demandaba, especialmente, identificar los «elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial». Esta petición se extendía también al Ministerio del Interior, con el objetivo de contrastar la información y obtener una visión completa de lo sucedido.
Los Errores que Propiciaron la Huida
La admisión de fallos por parte de los Mossos d’Esquadra abre un nuevo capítulo en el complejo caso judicial y político que rodea la figura de Carles Puigdemont. La investigación interna deberá determinar con precisión qué tipo de «errores» se cometieron, su alcance y, crucialmente, si estos fueron determinantes para que el expresidente catalán lograra evadir a la justicia. La sombra de la negligencia planea sobre la actuación policial, y la opinión pública exige respuestas claras y contundentes.
La confesión de los Mossos contrasta con la información aportada por el Ministerio del Interior en su propio informe. En este, Interior afirma que los dispositivos de control fronterizos establecidos por la Policía Nacional y la Guardia Civil «no detectaron en momento alguno» la presencia de Puigdemont. Asimismo, el informe subraya que, a pesar de ofrecer a los Mossos el apoyo de estos cuerpos para la búsqueda y captura del político catalán tras su huida, esta colaboración no fue solicitada en ningún momento.
Un Nuevo Reto para la Justicia Española
La autocrítica de los Mossos d’Esquadra añade un nuevo obstáculo a la ya de por sí compleja situación judicial que enfrenta Carles Puigdemont. La admisión de errores en el dispositivo policial destinado a su detención podría utilizarse por la defensa del expresidente catalán como argumento para cuestionar la validez del proceso judicial en su contra.
Este nuevo escenario pone de manifiesto, una vez más, la delicada encrucijada en la que se encuentra la justicia española a la hora de abordar el «procés». La búsqueda del equilibrio entre la firmeza en la aplicación de la ley y el respeto a las garantías procesales se torna cada vez más compleja, mientras la sombra de la duda se cierne sobre la actuación de las instituciones. La transparencia y la rendición de cuentas se configuran como elementos indispensables para restaurar la confianza ciudadana en un contexto marcado por la polarización y la desconfianza.