La inestabilidad política en Libia ha desencadenado una nueva crisis, esta vez en el sector energético. El primer ministro de unidad, Abdul Hamid Dbeibé, ha tomado la drástica medida de cesar al presidente de la compañía petrolera estatal ‘Brega Oil Marketing Company’, Fuad Belrajim, tras el grave desabastecimiento de combustible que ha afectado a las gasolineras del país en los últimos días. Esta decisión, que busca aplacar la creciente tensión social generada por la escasez de gasolina, pone de manifiesto la fragilidad del sector energético libio y su vulnerabilidad a las luchas de poder internas.
Dbeibé Emprende Acciones Decisivas para Abordar la Crisis de Combustible
La destitución de Belrajim no es la única medida que Dbeibé ha tomado para afrontar la crisis. El primer ministro ha ordenado la apertura de una investigación administrativa contra el ahora ex presidente de la petrolera. Liderada por el Ministerio de Finanzas, la investigación tiene como objetivo determinar las causas del desabastecimiento y depurar responsabilidades. Se espera que la investigación arroje luz sobre las causas de la falta de gasolina y proponga soluciones concretas para evitar que esta situación se repita en el futuro.
Previo a la destitución de Belrajim, Dbeibé había instado en repetidas ocasiones a la compañía petrolera a tomar cartas en el asunto. A través de misivas dirigidas al Consejo Directivo de la compañía y al ministro del Interior, Emad al Trabelsi, el primer ministro había solicitado la reapertura inmediata de las estaciones de servicio cerradas en Trípoli, la capital libia. Dbeibé hizo hincapié en la necesidad de una mayor coordinación entre la compañía y el Gobierno para afrontar la crisis de forma eficaz.
La Inestabilidad Política Amenaza el Suministro de Petróleo en Libia
La reciente crisis de combustible en Libia tiene sus raíces en la declaración de fuerza mayor por parte de la Corporación Nacional del Petróleo (NOC) en el estratégico campo petrolífero de Sharara, el más grande del país. Esta declaración, que implica la paralización de la producción hasta que se den las condiciones para su reanudación, es una muestra más de la precariedad de la industria petrolera libia. A principios de año, la NOC ya se vio obligada a declarar fuerza mayor en este mismo campo petrolífero por motivos similares.
La inestabilidad política que asola Libia desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011 es el principal factor que explica la vulnerabilidad del sector energético. La existencia de dos gobiernos paralelos, uno en Trípoli liderado por Dbeibé y otro en el este del país, ha generado un clima de incertidumbre que dificulta la gestión de la industria petrolera. La toma de instalaciones petroleras por parte de milicias armadas y las disputas políticas por el control de los ingresos del petróleo son una constante que amenaza el suministro de crudo libio, vital para la economía del país.