Restauradores analizan el yacimiento del Alto de las Picarazas, el más antiguo de la Península Ibérica

Sumérgete en un apasionante viaje al pasado en el Ato de las Picarazas, un yacimiento arqueológico ubicado en la Sierra de Alcotas, en Andilla (Valencia). Este enclave excepcional, descubierto en 2007, se erige como un referente crucial para comprender los albores de la presencia humana en la Península Ibérica, transportándonos a una época remota que se remonta a 1,5 millones de años. Su importancia radica en ser el yacimiento más antiguo de la península con evidencias de ocupación humana, superando incluso a otros sitios emblemáticos como los de Orce o la Sima del Elefante en Atapuerca.

A lo largo de las sucesivas campañas de excavación lideradas por el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) desde 2013, el Ato de las Picarazas ha desvelado un tesoro invaluable de información sobre nuestros ancestros más remotos. Los hallazgos, cuidadosamente extraídos de una cavidad repleta de sedimentos de seis metros de espesor, nos permiten reconstruir fragmentos de la vida cotidiana de estos primeros pobladores.

Herramientas Prehistóricas: Testimonios de una Época Remota

El Ato de las Picarazas se convierte en un auténtico museo al aire libre, albergando vestigios de un pasado milenario. Entre los hallazgos más relevantes destacan las herramientas líticas, elaboradas con maestría en sílex, cuarcita y caliza. Estos utensilios, esenciales para la supervivencia en un entorno agreste, revelan la capacidad de adaptación y el ingenio de estos primeros humanos.

Publicidad

Pero las sorpresas no terminan ahí. El yacimiento también ha sacado a la luz una fascinante colección de restos óseos de fauna prehistórica. Caballos, rinocerontes, cérvidos y bueyes almizcleros, animales que poblaban la región en aquel entonces, yacen como mudos testigos de un pasado remoto. La presencia de marcas de carnicería en muchos de estos huesos desvela la dieta de estos homínidos y sus métodos para obtener alimento.

Reconstruyendo el Pasado: El Futuro de la Investigación en el Ato de las Picarazas

El estudio exhaustivo de la comunidad de roedores fósiles, con especial atención a la especie Allophaiomys ruffoi, ha sido clave para determinar la antigüedad del yacimiento. Esta datación, corroborada por la técnica de ESR, confirma que el Ato de las Picarazas se remonta a 1,5 millones de años atrás.

En la actualidad, las investigaciones se centran en la obtención de una secuencia polínica. Este estudio permitirá a los científicos reconstruir el paisaje vegetal de la época y comprender mejor el entorno en el que estos homínidos se desenvolvían, desvelando así los secretos de un pasado remoto y fascinante. El Ato de las Picarazas se consolida como una ventana abierta a la prehistoria, un lugar único para descubrir los orígenes de la humanidad en la Península Ibérica.

Publicidad
Publicidad