El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha emitido una decisión que ha desanimado a las familias de las niñas desaparecidas de Aguilar de Campoo, en España. Tras más de tres décadas de incertidumbre, el máximo órgano europeo de derechos humanos ha rechazado la demanda presentada por los familiares, manteniendo el archivo de la causa impuesto por la Justicia española.
Esta noticia ha generado una ola de frustración y determinación en los allegados a Virginia Guerrero y Manuela Torres, quienes desaparecieron en 1992 cuando contaban con 14 y 13 años de edad respectivamente. A pesar de este duro revés, los portavoces de las familias han expresado su firme voluntad de continuar luchando por esclarecer el destino de las jóvenes, aferrándose a la esperanza de que nuevos indicios puedan reabrir el caso en un futuro.
La Negativa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, máxima instancia judicial en materia de derechos fundamentales a nivel europeo, ha comunicado a los representantes legales de las familias que su demanda ha sido declarada inadmisible. Esta decisión se suma a la resolución previa del Tribunal Constitucional español, que el año pasado rechazó reabrir la causa.
Con esta determinación, se mantiene el archivo de la investigación, que solo podría retomarse si surgieran nuevos indicios que dieran pie a reactivar las pesquisas. Los portavoces de los familiares han expresado su frustración ante este revés, pero a la vez su determinación de seguir explorando todas las vías posibles para lograr avances en el caso.
La Desaparición de Virginia y Manuela en 1992
Las hermanas Virginia Guerrero y Manuela Torres, de 14 y 13 años respectivamente, desaparecieron el 23 de abril de 1992 en la localidad de Reinosa, en la comunidad autónoma de Cantabria. Según testigos, las jóvenes fueron vistas por última vez subiendo a un vehículo SEAT 127 de color blanco o claro, después de haber sido avistadas en una discoteca y haciendo autostop cerca de una fábrica de galletas.
Tras esta última pista, las niñas nunca más volvieron a aparecer, sumiendo a sus familias en un doloroso limbo que se ha prolongado por más de tres décadas. Pese a los esfuerzos de las autoridades y los allegados, la investigación se ha visto obstaculizada por la falta de evidencias y la dificultad de esclarecer el paradero de las menores.
El Largo Camino Hacia la Justicia
Ante la frustración generada por el archivo de la causa, los familiares de Virginia y Manuela no se han dado por vencidos. En 2021, la investigación fue reabierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga, a raíz de una denuncia presentada en un programa de televisión.
Sin embargo, meses después, la Audiencia Provincial de Palencia confirmó el sobreseimiento de la causa, lo que llevó a los abogados de las familias a presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Lamentablemente, este último órgano también desestimó la solicitud de reabrir el caso.
Ante este panorama desolador, los allegados a las desaparecidas no se rinden y han recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el cual ha rechazado su demanda, manteniendo así el archivo de la investigación a nivel nacional. No obstante, los portavoces de las familias han expresado su determinación de seguir explorando todas las opciones legales posibles para lograr avances en este caso emblemático de desaparición de menores en España.