La competencia empresarial en las licitaciones públicas en España se encuentra en un momento crítico. Los datos revelan que la media de licitadores por contrato se ha hundido en los últimos años, lo que supone un grave problema tanto para la eficiencia de los procesos de contratación pública como para el desarrollo del sector empresarial. Esta situación pone en riesgo la ejecución de los fondos europeos destinados a la recuperación, transformación y resiliencia del país.
La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha denunciado esta problemática, advirtiendo sobre las consecuencias que puede tener la falta de concurrencia empresarial en las licitaciones. Esta preocupante tendencia merece un análisis en profundidad para comprender sus causas y plantear soluciones que permitan restablecer un entorno de sana competencia en el mercado de la contratación pública.
Caída de la Media de Licitadores
Los datos revelan que la media de licitadores por contrato se ha hundido en los últimos años, alcanzando un nivel récord de 2,99 empresas por licitación en 2023, frente a los 4,09 registrados en 2019. Este drástico descenso en la competencia empresarial pone de manifiesto serios problemas que deben ser abordados.
La CNC señala que esta falta de concurrencia no solo lastima la competitividad del sector, sino que también amenaza la ejecución de los fondos europeos y el cumplimiento de los objetivos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Estos fondos, que representan más del 70% de los 160.000 millones de euros que recibirá España hasta 2026, están estrechamente vinculados con la industria de la construcción.
Además, la CNC denuncia el uso abusivo que las administraciones públicas hacen de los medios propios, especialmente a través de empresas públicas, las cuales concentraron el 70% de los encargos a través de este mecanismo. Esta práctica también contribuye a la marginación de la competencia empresarial en las licitaciones públicas.
Consecuencias de la Falta de Competencia
La caída de la competencia empresarial en las licitaciones públicas tiene serias consecuencias tanto para la Administración como para los ciudadanos. Cuando hay una menor concurrencia, las ofertas económicas tienden a ser menos competitivas, lo que puede redundar en mayores costos para las arcas públicas.
Además, la falta de competitividad también afecta a la calidad de los servicios y obras adjudicadas, ya que la presión que ejerce la competencia entre empresas suele impulsar la innovación y la mejora continua.
Por otro lado, la marginación de las empresas en las licitaciones públicas también tiene un impacto negativo en el tejido empresarial, especialmente para las pymes, que ven limitadas sus oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Conclusión
La caída de la competencia empresarial en las licitaciones públicas en España es un problema que requiere una atención urgente. Las administraciones públicas deben implementar medidas efectivas para fomentar la participación de un mayor número de empresas en los procesos de contratación, garantizando así una competencia sana y leal que beneficie tanto a la Administración como a los ciudadanos.
Solo a través de una política de contratación pública que priorice la competencia y la eficiencia, se podrá asegurar la adecuada ejecución de los fondos europeos y el cumplimiento de los objetivos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Es crucial que las autoridades tomen medidas para revertir esta tendencia y restablecer un entorno de competencia empresarial saludable en las licitaciones públicas.