El Govern se compromete a construir una desaladora en el Alt Empordà y a acelerar las obras de otras dos

La Generalitat de Cataluña está dando pasos decisivos para transformar el modelo de abastecimiento de agua en la región, con el objetivo de reducir la dependencia de los recursos pluviales y garantizar un suministro más resiliente y sostenible a largo plazo. Este ambicioso plan se enmarca en una estrategia que busca que el 70% del consumo de agua provenga de recursos propios para finales de 2027.

La piedra angular de este «nuevo modelo» será la construcción de una nueva planta desalinizadora en el Alt Empordà, en la provincia de Girona. Esta infraestructura, cuya inversión se estima en torno a los 200 millones de euros, tendrá como objetivo mejorar el abastecimiento en la cuenca del río Muga, que actualmente depende principalmente del embalse de Darnius Boadella y del acuífero del Fluvià Muga. Además, la Generalitat buscará que esta nueva desaladora pueda ser incluida en la planificación hídrica del Ministerio, con el fin de obtener financiación adicional para su desarrollo.

Acelerando Proyectos Preexistentes: Tordera y Foix

Paralelamente a la construcción de la nueva desaladora, el Ejecutivo catalán también ha ordenado acelerar los trabajos en las dos plantas ya contempladas en la planificación hidrológica anterior: la ampliación de la desaladora de Tordera y la construcción de la de Foix, en la provincia de Barcelona. En este sentido, la Generalitat está trabajando para que en septiembre se firme el convenio que permita licitar la ampliación de Tordera y comenzar las obras este mismo otoño. Asimismo, han ordenado la tramitación urgente de la evaluación ambiental de la planta de Foix, con el objetivo de avanzar lo más rápido posible en su puesta en marcha.

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Mejoras en Potabilización y Regeneración

Además de las nuevas infraestructuras de desalinización, la Generalitat también ha anunciado una serie de mejoras en los procesos de potabilización y regeneración del agua. Entre ellas destacan la rehabilitación y modernización de la planta del Ter, en Girona, y la aceleración de las actuaciones en la planta de Abrera, en Barcelona. Asimismo, la Generalitat se ha comprometido a habilitar los recursos necesarios para que los entes locales puedan impulsar nuevos tratamientos de regeneración, cañerías de distribución e infraestructuras complementarias.

En resumen, la Generalitat de Cataluña ha diseñado una ambiciosa estrategia para transformar el modelo de abastecimiento de agua en la región, reduciendo la dependencia de los recursos pluviales y apostando por una mayor autosuficiencia hídrica. La construcción de una nueva desaladora en el Alt Empordà, la aceleración de los proyectos de Tordera y Foix, y las mejoras en los procesos de potabilización y regeneración, son los pilares fundamentales de este «nuevo modelo» que aspira a garantizar el 70% del consumo de agua con recursos propios para finales de 2027.

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