El capitán de un barco se enfrenta a una multa de 75.000 euros por operar ebrio

La Seguridad Marítima es un elemento crítico en la operación de los puertos, especialmente cuando se trata de un Buque Portacontenedores. Recientemente, las autoridades portuarias de Las Palmas de Gran Canaria se vieron obligadas a tomar medidas enérgicas contra un capitán bajo la influencia del alcohol, quien puso en grave peligro a su tripulación, la infraestructura portuaria y al tráfico marítimo.

El incidente ocurrió el pasado 20 de agosto, cuando la Guardia Civil fue requerida por la Capitanía Marítima debido a las dificultades que presentaba el capitán de un buque portacontenedores de bandera portuguesa durante las maniobras de atraque. Tras realizarle las pruebas de alcoholemia, se constató que el nivel de alcohol en su organismo era casi cuatro veces superior al permitido, con un resultado de 1,13 mg/l en aire espirado.

SANCIÓN Y MEDIDAS DE SEGURIDAD

Ante esta situación, las autoridades actuaron de forma inmediata para salvaguardar la seguridad del puerto y de la tripulación. Se procedió a la inmovilización del buque, una medida necesaria para evitar cualquier incidente que pudiera poner en riesgo la integridad de las instalaciones portuarias o del propio navío.

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Además, en aplicación de la normativa vigente, se impuso una multa de 75.000 euros al capitán del buque. Esta sanción, contemplada en el Real Decreto 269/2022, de 12 de abril, por el que se regulan los títulos profesionales y de competencia de la Marina Mercante, tiene como objetivo enviar un mensaje claro a la comunidad marítima sobre la importancia de la sobriedad y el cumplimiento de los protocolos de seguridad.

LECCIONES APRENDIDAS Y FUTURO

Este incidente en el Puerto de La Luz y de Las Palmas sirve como un recordatorio de que la seguridad debe ser la prioridad absoluta en las operaciones portuarias. La coordinación entre las autoridades marítimas y la diligencia de la Guardia Civil fueron fundamentales para evitar un accidente de mayores consecuencias.

Asimismo, este caso pone de manifiesto la necesidad de reforzar los controles y la supervisión de los capitanes y tripulaciones, especialmente en lo que respecta al consumo de alcohol. Solo mediante un compromiso inquebrantable con la seguridad y la responsabilidad podremos garantizar que los puertos y las rutas marítimas sean espacios seguros y eficientes para el transporte de mercancías y el tráfico de pasajeros.

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