Unión de Uniones alerta de pérdidas millonarias en la vendimia si no se respeta la ley de la cadena

La situación actual del sector vitivinícola español es alarmante. Los viticultores se enfrentan a una crisis sin precedentes, marcada por precios ruinosos para las uvas, que están dejando a muchos productores al borde de la ruina. La posición dominante de los principales grupos bodegueros está jugando un papel crucial en esta situación, imponiendo precios que no cubren los costes de producción y generando pérdidas millonarias a los viticultores.

Este escenario, que se ha ido gestando a lo largo de las últimas campañas, se caracteriza por un desequilibrio entre la oferta y la demanda, la creciente presión de los costes de producción y la falta de un marco regulatorio que proteja a los viticultores.

El Peso de la Posición Dominante de las Bodegas

La posición dominante de las principales bodegas está teniendo un impacto devastador en la rentabilidad del sector vitivinícola español. Estos grupos tienen un poder de negociación abrumador, imponiendo precios que no reflejan el coste real de producción. Esta situación ha generado una brecha cada vez más profunda entre los precios que reciben los viticultores por sus uvas y los costes a los que se enfrentan para producirlas.

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Un ejemplo de esta disparidad se encuentra en el caso de las variedades de uva más comunes en España, como la airén y la tempranillo. Los costes de producción para estas variedades se sitúan alrededor de 0,40 a 0,50 euros por kilogramo, mientras que los precios que están recibiendo los viticultores se encuentran por debajo de los 0,25 euros por kilogramo.

Esta situación ha generado un desequilibrio económico que amenaza la viabilidad de muchas explotaciones vitivinícolas, especialmente en regiones como Castilla La Mancha, Extremadura y la Comunidad Valenciana.

Una Crisis que Amenaza el Futuro del Sector

La crisis actual no solo afecta a la rentabilidad de los viticultores, sino que también amenaza la sostenibilidad del sector vitivinícola en su conjunto.

La falta de rentabilidad está impulsando a muchos viticultores a abandonar la actividad, lo que a su vez puede generar una disminución en la oferta de uva, impactando en la producción de vino.

Además, la falta de incentivos para los viticultores puede provocar una reducción en la inversión en innovación y tecnología, lo que a su vez puede afectar la calidad y competitividad del vino español en el mercado global.

Es necesario que las autoridades tomen medidas para proteger al sector vitivinícola español de la crisis actual. Se necesitan mecanismos para regular la posición dominante de las bodegas y garantizar que los viticultores reciban precios justos por sus uvas.

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Además, se necesitan políticas públicas que incentiven la innovación y la competitividad del sector, y que fomenten la sostenibilidad económica y ambiental del sector vitivinícola español.

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