La primera edición de Kalorama reúne a 41.500 personas pese a la tormenta y deja buenas sensaciones

El festival Kalorama Madrid, celebrado por primera vez en la capital española, se ha consolidado como un evento musical de gran envergadura que ha cautivado al público madrileño durante sus tres días de duración. A pesar de la lluvia que obligó a suspender algunos conciertos durante la primera jornada, el festival logró reunir a más de 41.500 asistentes, quienes disfrutaron de un variado cartel de artistas de renombre internacional y nacional, consolidando así su presencia en el panorama musical español.

Kalorama Madrid se convirtió en un crisol de estilos musicales, atrayendo a un público diverso que abarcaba diferentes generaciones. La mayoría de los asistentes se encontraban entre los 25 y 44 años, demostrando el atractivo del festival para un público maduro que busca experiencias musicales de calidad. El recinto de Ifema Madrid se convirtió en un espacio vibrante que albergó 34 conciertos, donde la música se fusionó con la energía del público, creando una atmósfera única que marcó la experiencia del festival.

Un cartel ecléctico que enamoró al público

La primera jornada de Kalorama Madrid comenzó con la esperada actuación de LCD Soundsystem, quienes regresaban a la capital tras 17 años de ausencia. La banda liderada por James Murphy se apoderó del escenario con su explosivo ‘dance punk’, cautivando al público con temas como ‘Daft Punk is playing at my house’, ‘I love you but you’re bringing me down’, ‘Someone great’ y ‘All my friends’.

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En la misma jornada, Ben Gibbard brilló con dos actuaciones memorables. Primero, subió al escenario junto a su banda Death Cab for Cutie, interpretando su álbum ‘Transatlanticism’, un disco icónico que cumple dos décadas en 2025. Tras un breve descanso, Gibbard regresó a la escena, esta vez con sus compañeros de The Postal Service, para ofrecer un emocionante concierto con su único álbum, ‘Give up’, que fue recibido con entusiasmo por el público.

La segunda jornada del festival comenzó con las energéticas actuaciones de Tristán!, Judeline y Colectivo da Silva, artistas nacionales que calentaron el ambiente para la llegada de las bandas internacionales. Los riffs guitarreros de los británicos Yard Act inyectaron una dosis de post-punk al festival, mientras que Gossip logró conectar con el público desde el primer momento. Sin embargo, una fuerte tormenta obligó a la organización a suspender los conciertos de Yves Tumor y Raye. A pesar de este contratiempo, el festival se recuperó rápidamente y se reanudó con normalidad tras la lluvia. Overmono, con su reconocible álbum debut ‘Good Lies’, y los icónicos The Prodigy, quienes revivieron sus himnos electrónicos de los 90 y los 00’s, fueron los encargados de cerrar una noche marcada por la fuerza de la naturaleza.

Un cierre memorable con Massive Attack y Peggy Gou

La última jornada de Kalorama Madrid estuvo llena de energía y emociones. Huda, una emergente artista urbana, abrió la jornada con su estilo rap directo y crudo. Los neoyorquinos Monobloc inyectaron una dosis de punk al festival, mientras que Ezra Collective contagió al público con su contagioso UK Jazz. Olivia Dean, con su experimentación soul, envolvió al público en una atmósfera elegante, preparando el terreno para la esperada actuación de Massive Attack. Los icónicos británicos, con su sonido trip-hop, ofrecieron un directo reivindicativo al más puro estilo Bristol, utilizando la pantalla central para mostrar mensajes relacionados con las guerras en Gaza y Ucrania, criticando, entre otras cosas, el apoyo político y militar de EEUU a Israel.

Jungle, con su contagiosa actitud festiva, llevó el funky a Kalorama, mientras que Sam Smith, con su carisma y voz única, dejó huella con su show iconoclasta. Peggy Gou, desde la cabina, cerró el festival con una gran actuación de sonido house y techno, contagiando al público con su energía y simpatía.

Un festival comprometido con la sostenibilidad y la diversidad

Más allá de la música, Kalorama Madrid demostró su compromiso con la sostenibilidad y la diversidad. A través de la iniciativa BALORE, el festival ofreció un espacio dedicado a la atención a las necesidades de diferentes colectivos. El Punto Violeta, para la prevención y denuncia de situaciones de acoso y violencia sexista, el Punto Arcoíris, para la información, sensibilización y visibilización del colectivo LGTB+, y el Punto Verde, para la reducción de la huella de carbono, fueron algunos de los espacios que promovieron la inclusión y la responsabilidad social.

Kalorama Madrid se convirtió en un referente cultural en la capital española, dejando una huella imborrable en el público. El éxito del festival demuestra la importancia de ofrecer experiencias musicales de calidad, con un cartel ecléctico que satisfaga las necesidades de un público diverso, y una apuesta por la sostenibilidad y la inclusión social.

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