sábado, 21 junio 2025

Cascada, río y belleza otoñal: el pueblito de los Pirineos que te conquistará

Un pueblito con una cascada, montañas de fondo e inmerso en el Parque Nacional más conocido de España puede ser la opción ideal para una escapada en otoño. El pueblito se encuentra en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, atravesado por el río Ara, bajo el marco de los Pirineos.

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Este mágico sitio se llama Broto, considerado como uno de los pueblos más bellos del país en el que se combina las cualidades más impresionantes y un particular detalle: está dividido en dos por un puente.

Lo mejor de Broto, el pueblito mágico de los Pirineos

La localidad de Broto está atravesada por el conocido río Ara, por lo que está dividido en dos barrios por un puente gótico, donde se encuentran varios tesoros culturales que deben ser explorados por todos los visitantes que lo eligen para una escapada. Uno de los puntos de interés es la Casa del Valle y su torre defensiva del siglo XVI, que fue utilizada como cárcel durante varios siglos y que, según los visitantes, mantiene en sus paredes algunos de los rasgos de esas épocas.

Otra parada obligada dentro de este pueblito mágico, está en la iglesia de San Pedro Apóstol, que fue construido en el siglo XVI y consta de una torre y una portada esculpida con la fachada de arco de medio punto, que se encuentra en una ladera y le da el imponente atractivo.

La cascada, el rincón secreto de este pueblito de ensueño

La cascada, el rincón secreto de este pueblito de ensueño

Además de sus atractivos históricos y culturales, Broto posee uno de los principales saltos de agua que convoca a los turistas de todo el mundo. Se trata de la cascada de Sorrosal, que parte del río Ara y que se puede llegar a ella desde el mismo pueblo. Desde este salto, también se puede conocer la Vía Ferrata de Sorrosal, un camino corto en el que los senderistas disfrutan de puentes, túneles y cuevas donde los amantes de este deporte aprovechan para conocer y explorar.

En las afueras de Broto las maravillas también existen y, además de las cascadas, se pueden recorrer la ermita de la Virgen de Morillo y la ermita de San Blas. Para quienes quieran disfrutar de este enclave en otoño, pueden realizar un viaje de más de una hora en coche desde Huesca, por las carreteras A-23 y N-260. Desde Pamplona el trayecto tiene una duración estimada de 2 horas y 20 minutos por la vía A-21.

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