En el ámbito de la publicidad se utiliza mucho ese dicho popular de ‘renovarse o morir’. Para llamar la atención del público, los equipos de marketing y los empresarios deben hacer grandes esfuerzos para ofrecer propuestas cada vez más atractivas, capaces de cautivar a posibles compradores o usuarios.
Eso obliga no solo a inventar fórmulas nuevas de publicidad, sino a reformular las clásicas. Un ejemplo es lo que ha ocurrido con la impresión gran formato, un elemento muy habitual en campañas de marketing desde hace décadas que ha regresado con una fuerza renovada.
Llamar la atención
La impresión de gran formato se ha utilizado tradicionalmente en espacios exteriores porque gracias a su tamaño es mucho más fácil llamar la atención de la gente. Con un solo vistazo, carteles de carreteras, marquesinas XXL o incluso publicidad colgada de fachadas pueden transmitir un mensaje directo, rápido y atrayente.
Y eso que ha funcionado desde hace décadas sigue siendo igual de eficiente hoy, con la salvedad de que los profesionales del marketing deben repensar sus propuestas para aprovechar el soporte y llamar la atención del público actual.
En pocas palabras, la cartelería de gran tamaño sigue resultando útil si se sabe aprovechar correctamente la superficie con diseños llamativos, mensajes directos y usos nuevos, poco comunes, en cuanto a la forma o a la disposición de las estructuras.
En ese sentido, los gestores de naturprint, una imprenta en madrid especializada en este tipo de trabajos, identifican una serie de criterios mínimos para asegurarse de que la campaña funcione:
- Elegir el mejor formato: en la actualidad se puede trabajar en gran formato flexible o en gran formato rígido. Cada una de estas fórmulas ofrece un acabado estético que se adapta a un presupuesto, a unos objetivos de marca e incluso a unas disposiciones concretas de exposición. Optar por una u otra dependerá del diseño de campaña que se haya realizado.
- Apostar por soportes originales: en el caso de los carteles publicitarios rígidos, las opciones de impresión abarcan un gran número de materiales. Es posible plantear un diseño que se fije sobre PVC, metacrilato, aluminio dibond, etc. Atreverse a probar estas alternativas permite diferenciarse del resto de empresas que se estén anunciando en un mismo espacio.
- Campañas combinadas: parcelar los públicos y personalizar una misma campaña puede ser interesante. Por ejemplo, se pueden escoger banderolas de gran formato para la carretera, un cartel rígido en un centro comercial y finalizar con propuestas relacionadas como la serigrafía de tazas que se regalen a los potenciales clientes.
Asesoría especializada
Ninguna de las recomendaciones anteriores serviría si el cliente no se pone en manos de una empresa especializada con gran experiencia en este tipo de trabajos. Esto no solo asegura la calidad de los acabados en los carteles de gran formato, sino que permite que el cliente cuente con una asesoría en el momento de plantear la campaña.
De ese modo, es mucho más fácil afinar una propuesta, plantear formatos no habituales o simplemente optimizar el número de impresiones para reducir el presupuesto y seguir siendo efectivos al comunicarse con el público con toda la fuerza de la imagen.