La identificación precisa de las diferentes especies de hiedras europeas parece ser una tarea más complicada de lo que se creía. Un reciente estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha revelado «significativos errores» en el reconocimiento de estos vegetales, especialmente en Reino Unido y España, donde las confusiones alcanzan el 38% y el 27% respectivamente.
Las principales especies afectadas por estas equivocaciones son la hiedra atlántica y la hiedra ibérica, lo que según los expertos pone de manifiesto «la necesidad de un mayor conocimiento y entrenamiento para la correcta identificación de estas plantas». Un reto que, sin duda, representa un importante desafío tanto para profesionales como para aficionados.
Complejidad en la Distinción de Especies
Existen un total de doce especies diferentes de hiedras, de las cuales siete se encuentran en Europa. Tres de ellas se localizan específicamente en la Península Ibérica, siendo la hiedra ibérica (Hedera iberica) una especie exclusiva de esta región.
Sin embargo, a pesar de esta diversidad, los investigadores del equipo PlantBEE de la UAM señalan que las diferencias entre las distintas especies «no se distinguen fácilmente» a simple vista por sus hojas, flores o frutos. De hecho, el principal rasgo diferenciador son unos pequeños pelos estrellados que requieren de un entrenamiento especializado para poder interpretarlos correctamente.
Superando la Percepción Errónea
Hasta hace apenas dos décadas, se creía erróneamente que en Europa solo existía la hiedra común (Hedera helix). Este malentendido generalizado, incluso dentro de la comunidad científica, ha llevado a que numerosas muestras de hiedras fueran identificadas incorrectamente como H. helix sin un análisis detallado de sus características.
Según los expertos, este patrón se debe tanto a una falsa percepción como a las dificultades inherentes para diferenciar adecuadamente las distintas especies de hiedras. Por ello, uno de los principales objetivos actuales del equipo de la UAM es «corregir esta percepción errónea» y enseñar tanto a profesionales como a aficionados a distinguir correctamente estas plantas.
En definitiva, el estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid pone de manifiesto un problema que va más allá de lo puramente académico. La identificación precisa de las hiedras europeas es fundamental no solo para el avance científico, sino también para una mejor gestión y conservación de estos valiosos recursos naturales. Un reto que, sin duda, merece una mayor atención y esfuerzo en los próximos años.
