El PSOE propone al Congreso que las empresas informen sobre la reducción de producto sin bajar el precio

La reduflación es una práctica comercial cada vez más común en nuestro país, donde las empresas disminuyen el tamaño o peso de sus productos, pero mantienen o incluso aumentan el precio. Esta estrategia, si bien puede aumentar los márgenes de beneficio a corto plazo, tiene graves consecuencias para los consumidores españoles, quienes se ven engañados y pagan más por menos.

Según un estudio reciente de la consultora Ipsos, el 54% de los consumidores en España han detectado esta práctica, especialmente en productos como snacks, pan, pasta, arroz, dulces y comida precocinada. En un momento de alta inflación, esta estrategia puede resultar especialmente perjudicial para los bolsillos de las familias.

La Necesidad de Regulación y Transparencia

Actualmente, la legislación española no cuenta con una normativa específica para combatir la reduflación, a diferencia de países como Francia y Alemania, que han tomado medidas para obligar a las empresas a informar a los consumidores sobre este tipo de prácticas.

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En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado la reduflación ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), y ha realizado una campaña de información para que los consumidores puedan reconocer y defenderse de esta práctica, que consideran una forma de subida de precios encubierta.

Propuestas para Proteger a los Consumidores

Ante esta situación, el Grupo Socialista ha presentado una iniciativa en el Congreso de los Diputados para luchar contra la reduflación. Entre las medidas propuestas se encuentran:

  1. Obligar a las empresas a informar a los consumidores de manera clara y visible sobre cualquier disminución en el tamaño o peso de sus productos cuando se mantenga un precio equivalente o superior. Esta medida busca fomentar la transparencia y evitar que los consumidores se vean engañados.
  2. Realizar, en colaboración con las asociaciones nacionales de consumidores, campañas de información para que los consumidores puedan reconocer las prácticas de reduflación y cómo protegerse de ellas. Estas campañas buscarán empoderar a los consumidores y aumentar su capacidad de tomar decisiones informadas.
  3. Reforzar, dentro de las campañas de vigilancia del mercado, el control sobre la presentación de los productos que pueda inducir a error sobre la cantidad que contienen sus envases. Esta medida apunta a identificar y sancionar a las empresas que incurren en prácticas engañosas.

En definitiva, la batalla contra la reduflación es una prioridad para proteger los derechos y el bienestar de los consumidores españoles. Con una regulación adecuada, mayor transparencia y empoderamiento de los ciudadanos, podremos garantizar que las empresas respeten los principios de competencia justa y no aprovechen la inflación para aumentar sus márgenes a costa de los bolsillos de las familias.

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