El Papa Francisco ha concluido recientemente su visita a Timor Oriental, una nación joven que aún se encuentra en proceso de consolidar su identidad como país independiente. Durante su estadía, el Santo Padre tuvo la oportunidad de reunirse con miles de jóvenes, a quienes inspiró a soñar en grande y a continuar el legado de las generaciones anteriores, consideradas como las fundadoras de esta nación.
En su discurso, el Pontífice destacó la importancia de que los jóvenes no olviden la memoria de sus antecesores, quienes se han sacrificado para afianzar los cimientos de Timor Oriental. Ahora, les corresponde a ellos, como herederos de esta generación fundadora, continuar con la obra de construcción nacional.
Llamado a la Responsabilidad y la Simpleza
El Papa abordó el concepto de libertad, explicando que esta no equivale a «hacer lo que uno quiere», sino más bien a actuar con responsabilidad. Advirtió a los jóvenes sobre los peligros de las drogas, a las que calificó como «vendedores de felicidad» que solo duran «media hora».
En este sentido, el Pontífice enfatizó que un joven que no es capaz de gobernarse a sí mismo, que no es capaz de vivir el «ukun rasik-an» (en lengua tetum, que significa «cada uno es capaz de gobernarse a sí mismo»), es un joven dependiente, un esclavo de sus propios deseos y de una arrogante sensación de omnipotencia.
Por el contrario, el Papa instó a los jóvenes a amar la simplicidad, a trabajar y asumir responsabilidades, así como a valorar la compañía de los hermanos y hermanas y el amor por la patria.
Respeto a los Más Vulnerables
Otra de las enseñanzas del Papa Francisco fue la importancia de respetar a los niños y a los ancianos, a quienes consideró como el «tesoro» de la sociedad. Además, les pidió que aprendan a respetar las diferencias y a rechazar el odio, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, que es el del «perdón y la reconciliación«.
En resumen, la visita del Papa Francisco a Timor Oriental ha sido una oportunidad para inspirar a la juventud de esta nación emergente a continuar con la consolidación de su identidad nacional, a través del trabajo, la responsabilidad y el respeto a los más vulnerables. Sus palabras, sin duda, serán un legado que guiará a las generaciones venideras en la construcción de un Timor Oriental más justo, solidario y en paz.