En una impactante denuncia que sacude a la comunidad deportiva, la Fiscalía de Valladolid ha solicitado una condena de tres años de cárcel para el entrenador F.R.R. por un delito de atentado contra la libertad sexual cometido sobre un menor de 13 años, miembro del equipo de fútbol infantil de La Victoria. Según las investigaciones, el entrenador habría mantenido conversaciones de contenido sexual a través de WhatsApp con el joven jugador, con el supuesto propósito de concertar un encuentro en una nave de su propiedad, donde planeaba enseñarle a masturbarse.
Esta grave acusación ha generado una profunda conmoción en el mundo del deporte, donde se espera que se haga justicia y se proteja a los menores de edad de cualquier tipo de abuso. La Fiscalía ha solicitado, además de la pena de prisión, medidas de prohibición de aproximación y comunicación con la víctima, así como la inhabilitación del investigado para ejercer profesiones que impliquen contacto regular con menores.
LAS CONVERSACIONES SEXUALES Y EL INTENTO DE ENCUENTRO
Según la información recabada, el entrenador, de 56 años, era el delegado del equipo de Infantil de Tercera División donde jugaba la víctima. Fue detenido el 5 de enero de 2023 después de que la madre del niño descubriera las conversaciones de contenido sexual que mantenía con su hijo a través de WhatsApp. En estas conversaciones, el entrenador habría invitado al menor a reunirse en una nave industrial de su propiedad, con el objetivo de enseñarle a masturbarse.
Afortunadamente, este encuentro no se llegó a producir, ya que la madre del niño se percató de la situación y presentó la correspondiente denuncia. El juez dejó en libertad al entrenador, pero le impuso medidas cautelares que le impiden acercarse al niño y a su familia, así como seguir entrenando.
LA INCAUTACIÓN DE MATERIAL INCRIMINATORIO
Durante el registro de la nave del entrenador, las autoridades incautaron diversos efectos, entre ellos un teléfono móvil en el que se encontraron más de 74.000 imágenes con desnudez, de las cuales 533 tenían contenido sexual para público homosexual masculino, y 3 stickers con contenido sexual de menores.
Esta evidencia, sumada a las conversaciones de WhatsApp, ha fortalecido el caso contra el entrenador, quien en un principio se acogió a su derecho de no declarar. Sin embargo, en una comparecencia posterior, explicó que las conversaciones de carácter sexual eran solo una forma de «acercarse» al jugador, con la intención de conocer mejor sus problemas.
LA INVESTIGACIÓN Y EL PROCESO JUDICIAL
El Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid acordó abrir procedimiento abreviado contra el entrenador, tras la denuncia presentada por varios jugadores menores de edad, uno infantil y otro cadete. Sin embargo, solo la familia del jugador infantil se ha personado en el procedimiento.
Inicialmente, el primer auto de imputación fue revocado por el propio juez, quien estimó parcialmente el recurso de reforma presentado por la defensa y el fiscal del caso. Esta decisión permitió la práctica de nuevas pruebas, entre ellas la exploración de la víctima principal y la declaración del imputado.
En esta nueva etapa de la investigación, se espera que se esclarezcan todos los detalles del caso y que se haga justicia, tanto para la víctima como para la comunidad deportiva, que ha sido profundamente afectada por estos graves hechos.
Es importante destacar que este tipo de casos ponen de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de protección de los menores en el ámbito deportivo, así como de implementar programas de educación y sensibilización para prevenir y abordar de manera efectiva cualquier tipo de abuso o explotación sexual.