La controversia sobre el impacto ambiental de los proyectos de energías renovables ha alcanzado un nuevo nivel en la región de Aragón, España. El portavoz del grupo parlamentario Aragón-Teruel Existe, Tomás Guitarte, ha levantado la voz de alarma sobre un macroproyecto de energías renovables que amenaza con deforestar más de mil hectáreas de vegetación en la zona del Maestrazgo, en la provincia de Teruel. Esta revelación ha desencadenado un intenso debate sobre el equilibrio entre el desarrollo de energías limpias y la preservación del patrimonio natural.
El proyecto en cuestión, conocido como el Clúster del Maestrazgo, contempla la instalación de 20 parques eólicos con 125 aerogeneradores y dos plantas fotovoltaicas. La magnitud de esta iniciativa ha llevado a Guitarte a presentar una proposición no de ley (PNL) ante el pleno del parlamento autonómico, buscando frenar lo que considera un ataque desproporcionado al ecosistema de la región. La controversia no solo se centra en la extensión de la deforestación prevista, sino también en la forma en que se han realizado los cálculos del impacto ambiental, que según el portavoz, no reflejan la verdadera dimensión del daño potencial.
El impacto ambiental del Clúster del Maestrazgo
La deforestación proyectada de 1.005 hectáreas en el Maestrazgo no es una cifra arbitraria. Tomás Guitarte ha desglosado meticulosamente los diferentes componentes que contribuyen a esta alarmante suma. Cada uno de los 125 aerogeneradores previstos requiere una hectárea de terreno despejado a su alrededor, lo que ya supone 125 hectáreas de vegetación eliminada. A esto se suman las 110 hectáreas que ocuparán las dos plantas fotovoltaicas planificadas.
Pero el impacto va mucho más allá de las instalaciones visibles. La infraestructura necesaria para la construcción y mantenimiento de estos parques energéticos implica una deforestación adicional significativa. Se prevé la apertura de 208 kilómetros de nuevas pistas de acceso, cada una con una anchura de 6 metros, más 3 metros adicionales a cada lado para permitir las maniobras de los vehículos de transporte. Esto se traduce en 250 hectáreas más de terreno afectado.
Además, 116 kilómetros de caminos existentes deberán ser acondicionados, ampliando su anchura de 3 a 6 metros, con una deforestación adicional de 3 metros a cada lado. Esta modificación suma otras 105 hectáreas al total. Las líneas de alta tensión y de evacuación también requieren espacios despejados a su alrededor por razones de seguridad, añadiendo 405 hectáreas más a la cuenta. Finalmente, las diez subestaciones eléctricas necesarias completan el cálculo con 10 hectáreas adicionales de terreno deforestado.
La lucha por la preservación del patrimonio natural
Frente a esta amenaza al paisaje del Maestrazgo, Guitarte ha hecho un llamamiento al Gobierno de Aragón para que defienda activamente el patrimonio natural de la región. La proposición no de ley presentada por Aragón-Teruel Existe insta al ejecutivo autonómico a interponer un recurso contencioso-administrativo contra la resolución que autoriza la construcción de estos 22 parques energéticos. El portavoz ha subrayado la importancia de que el gobierno muestre el mismo nivel de compromiso en la defensa del paisaje aragonés que el demostrado en otros asuntos políticos de ámbito nacional.
El debate sobre este macroproyecto ha trascendido las líneas partidistas, con otros grupos políticos como Chunta Aragonesista (CHA) y VOX sumándose a la iniciativa de Aragón-Teruel Existe. Guitarte ha aprovechado para hacer un llamamiento a la acción conjunta, instando a estas formaciones a presentar sus propios recursos de alzada y contencioso-administrativos contra las autorizaciones de construcción. Este enfoque colaborativo busca maximizar las posibilidades de éxito en la protección del entorno natural del Maestrazgo.
La magnitud del impacto visual de los aerogeneradores propuestos ha sido otro punto destacado por Guitarte. Utilizando una comparación impactante, el portavoz ha señalado que cada molino tendría una altura de 200 metros, más del doble que la torre más alta de la Basílica del Pilar, un emblema arquitectónico de Zaragoza. Esta imagen busca concienciar a la población sobre la transformación radical que sufrirá el paisaje si el proyecto se lleva a cabo en su forma actual. La lucha por preservar el Maestrazgo se presenta así no solo como una cuestión medioambiental, sino también como un esfuerzo por mantener la identidad cultural y paisajística de una de las zonas más valiosas de Aragón.