La adquisición de propiedades en España ha experimentado cambios significativos en los últimos años, con una tendencia creciente hacia la compra de viviendas sin necesidad de recurrir a una hipoteca. Este fenómeno refleja una transformación en las estrategias de financiación de los compradores, que buscan alternativas a los tradicionales préstamos bancarios.
Según los datos proporcionados por el portal inmobiliario Fotocasa, el 35% de los compradores de vivienda en 2024 no tuvieron que recurrir a una hipoteca para concretar su adquisición. Este porcentaje representa un incremento de tres puntos porcentuales en comparación con el año anterior y un aumento de ocho puntos con respecto a 2022.
LA FINANCIACIÓN ALTERNATIVA GANA TERRENO
De ese 35% de compradores que no recurrieron a la financiación hipotecaria, el 17% utilizó sus propios ahorros para concretar la compra, el 10% se valió del respaldo de familiares y el 7% afrontó la operación gracias a la venta de su antigua vivienda.
Este cambio de tendencia se debe principalmente al encarecimiento y endurecimiento de las hipotecas, lo que ha llevado a los ciudadanos a buscar alternativas de financiación para adquirir sus viviendas. Según María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, «los ciudadanos intentan sortear el encarecimiento y endurecimiento de las hipotecas, obteniendo financiación alternativa como ayuda familiar, utilizando ahorros previos o incluso vendiendo su actual vivienda para comprar la siguiente».
Sin embargo, el 66% de los compradores sigue necesitando firmar una hipoteca para convertirse en propietarios, aunque este porcentaje es ligeramente inferior al 68% registrado el año anterior. De este 66%, el 54% recibió únicamente financiación bancaria, mientras que el 12% necesitó, además del préstamo hipotecario, la ayuda familiar para efectuar la compra.
EL PERFIL DEL COMPRADOR SIN HIPOTECA
El 35% de compradores que no necesitan hipoteca se caracteriza por ser mujeres (56%) con una edad media de 49 años y en un 39% de los casos viven únicamente con su pareja. Además, en un 29% pertenecen a la clase media-alta.
En comparación con el 66% que sí requiere de una hipoteca, este grupo tiene una edad media más baja, de 42 años, y en un 36% de los casos vive solo con su pareja y en otro 36% con su pareja e hijos. Además, en un 40% pertenecen a la clase media-alta.
Otra diferencia clave es la fórmula de residencia anterior, ya que son más los que no necesitan hipoteca y residían mayoritariamente en viviendas de su propiedad (64%) frente a los que demandan un préstamo bancario, entre los que hay un 42% que vivían antes de alquiler.
En cuanto al uso de la vivienda, el 89% de quienes se hipotecan la adquieren para vivir en ella, mientras que en el caso de los que cuentan con liquidez, esta cifra desciende hasta el 64%.
Finalmente, los que necesitan hipoteca también solicitan más préstamos vinculados con los pagos iniciales, como notario, impuestos y entrada, siendo un 56%, un porcentaje algo mayor que el 52% del año pasado. En contraste, la mitad de quienes no solicitan una hipoteca (49%) contaban con ahorro suficiente y solo un 10% pidió un préstamo para pagar los gastos iniciales.