La lengua de signos es un elemento fundamental para la inclusión social de las personas sordas. Es su lengua materna, la que les permite comunicarse, aprender y desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo, a pesar de la existencia de más de 300 lenguas de signos en todo el mundo, no todas las personas sordas pueden disfrutar de este derecho fundamental.
En este sentido, la Federación Mundial de Personas Sordas (WFD) ha emitido un comunicado con motivo del Día Internacional de las Lenguas de Signos, recordando la importancia de promover este lenguaje y garantizar su acceso para todos. La WFD destaca que las personas sordas son las transmisoras más idóneas para enseñar y preservar su lengua, y que su papel es fundamental para la preservación de la cultura sorda.
La Lucha por el Reconocimiento de la Lengua de Signos: Un Derecho Inalienable
El acceso a la lengua de signos es un derecho humano, reconocido por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Sin embargo, aún existen muchos obstáculos que impiden a las personas sordas ejercer este derecho. A pesar de que existen más de 300 lenguas de signos en todo el mundo, solo 80 países las reconocen legalmente.
La WFD insta a las entidades miembro, como la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas) a luchar por una mejor aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, a través de la reivindicación de los derechos lingüísticos de la comunidad sorda. La lucha por el reconocimiento y la inclusión de la lengua de signos es una batalla que debe librarse en todos los países.
El Papel Crucial de los Profesionales Sordos: Preservando el Patrimonio Cultural Sordo
En España, la lengua de signos española y la catalana están reconocidas por la ley, pero la realidad es que las personas sordas siguen sin poder utilizarlas en igualdad de condiciones. La CNSE, enfatiza que la preservación de las lenguas de signos y su patrimonio cultural es una prioridad. Para ello, es fundamental la participación de los profesionales sordos como transmisores de la lengua de signos, y su reconocimiento como referentes en materia de enseñanza y traducción.
El papel de los profesionales sordos es vital para la inclusión social de las personas sordas. Su experiencia y conocimiento de la lengua de signos les convierte en los mejores embajadores para la difusión y preservación de este lenguaje. Por ello, la CNSE reclama que se les reconozca su capacidad y se les brinde las oportunidades para ocupar puestos de trabajo relacionados con la lengua de signos.
La lucha por el reconocimiento y la inclusión de la lengua de signos es un camino hacia la equidad y la justicia social. Es un derecho fundamental que no debe ser ignorando, y que requiere un esfuerzo conjunto para garantizar su plena aplicación.