El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha señalado la necesidad de crear un entorno favorable para que las empresas puedan desarrollar su actividad en España. Esto implica contar con una seguridad jurídica y una estabilidad regulatoria que genere confianza a la hora de realizar inversiones en el país.
Garamendi ha criticado medidas adoptadas por el Gobierno, como los «impuestos a la carta» sobre sectores como la energía o la banca, así como otras subidas de costes, que están generando problemas a las empresas. Según el líder empresarial, estas políticas van en sentido contrario a lo que se debería hacer, que es atraer a las empresas con políticas atractivas, en lugar de castigarlas.
Además, Garamendi ha denunciado que se están produciendo cambios normativos a mitad del partido, como ocurrió con la reforma laboral de 2021, donde se aprobó la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los sectoriales, lo que supone una ruptura de la unidad de mercado y una falta de seguridad jurídica que desincentiva las inversiones.
El papel del Estado en las empresas
Respecto al papel del Estado en las empresas, Garamendi ha afirmado que puede estar presente, pero sin controlarlas ni colocar a amiguetes en ellas. Según el líder de la CEOE, el problema radica en la tentación de los gobiernos de usar las empresas para colocar a personas cercanas, lo que pone en riesgo la profesionalidad y la eficiencia de las mismas.
En este sentido, Garamendi ha señalado que hay fondos que participan en las empresas, pero sin estar presentes en los consejos de administración. Esto permite la presencia del Estado, pero sin el control directo de las compañías.
La necesidad de fomentar un entorno empresarial favorable
Finalmente, Garamendi ha criticado la radicalidad que se ha instalado en el debate público, donde se habla de «buenos y malos», de «ricos y pobres», y donde la figura del empresario parece estar en el punto de mira. Según el líder de la CEOE, las empresas tienen que ganar dinero, ya que muchos de sus accionistas son ciudadanos españoles que han invertido parte de sus ahorros.
Para Garamendi, el objetivo debe ser la creación de riqueza, en lugar del «reparto de la pobreza». Para ello, es necesario generar un entorno favorable para que las empresas puedan desarrollar su actividad y contribuir al crecimiento económico del país.