Miedo a la ocupación, a los impagos y al destrozo de sus hogares. Estas son las principales preocupaciones que señalan aquellos propietarios que han adquirido inmuebles como inversión a través del alquiler.
En los últimos años, la situación se ha polarizado mucho y son cada vez más los casos en los que rentar una vivienda no sale a cuenta por alguno de estos motivos. Afortunadamente, existe una herramienta que elimina todas las inseguridades: el Seguro de impago de alquiler.
Cada año se firman más pólizas por impago
Los expertos del sector aseguran que esta herramienta es cada vez más solicitada por los propietarios. Especialmente desde la aprobación de la Ley de Vivienda, que dificulta más la expulsión de los inquilinos, los propietarios quieren asegurarse de cobrar sus rentas sí o sí.
Según datos oficiales, el 70 % de los contratos de alquiler que se han firmado en los últimos años lo han hecho bajo el respaldo de este tipo de pólizas, que cuentan con muchísimas garantías para el propietario.
Y esta es una cifra que no para de subir. De hecho, para muchos propietarios es imprescindible contar con este producto y así lo indican a las inmobiliarias cuando publican la oferta de su inmueble. Con esto se trata de que los inquilinos que puedan optar a la vivienda cumplan con las condiciones para que la mutua pueda cursar el seguro.
¿Qué protecciones ofrece un seguro de impago por alquiler?
Como su propio nombre indica, la principal garantía del seguro de impagos es que la mutua se va a hacer cargo de las rentas que el inquilino pueda dejar de pagar, sea por el motivo que sea.
Antes, se solía fijar un plazo máximo de un año para abonar estos pagos, pero la situación actual ha hecho que muchísimas empresas amplíen este tiempo hasta los 24 meses.
Con ello, se pretende que el cliente cuente con un margen más que suficiente como para expulsar de manera legal a los inquilinos que han comenzado a incumplir sus obligaciones.
Pero ese no es el único escenario en el que el seguro de impago es útil: la protección se amplía con otra serie de servicios que la empresa ofrece a los propietarios legítimos de la vivienda.
Gestión de la recuperación
El equipo legal de la aseguradora se encarga, en nombre del propietario, de hacer cuantas reclamaciones sean necesarias por las vías oficiales para lograr recuperar la vivienda. Esto supone un descanso emocional para el usuario, que no tiene que verse envuelto en problemas legales de primera mano, sino que puede delegar esta actividad.
Reparación de desperfectos
En muchas ocasiones, la triste realidad es que, al recuperar la vivienda, esta se encuentra muy deteriorada por la mala acción de los inquilinos. En estos casos, las aseguradoras también actúan y compensan al propietario por los daños.
A esto se suma una limpieza de la vivienda para prepararla de nuevo para salir al mercado con todas las garantías.
De este modo, el usuario que cuenta con viviendas para alquilar tiene la seguridad de que va a cobrar cada renta mensual y de que, en caso de problemas, la empresa con la que ha tomado el seguro se encargará de todo. Así, la inversión se convierte en un valor seguro.