El Papa exige a los obispos que «no cubran los abusos» sexuales y se juzgue a «los abusadores»


El Papa ha exigido a los obispos «que no cubran los abusos» y «que se juzgue a los abusadores» durante la misa que ha celebrado este domingo en el estadio Rey Balduino de Bruselas, ante unas 30.000 personas.

«Con la mente y el corazón vuelvo a las historias de algunos de estos pequeños que conocí anteayer. Los escuché, sentí su sufrimiento como abusados y lo repito aquí: en la Iglesia hay lugar para todos, pero todos serán juzgados y no hay lugar para el abuso, no hay lugar para encubrir el abuso», ha señalado Francisco en la homilía de la beatificación de la mística española, Ana de Jesús, del siglo XVII.

Ante unas 30.000 personas en el principal estadio deportivo del país, Francisco se ha referido a la reunión privada que mantuvo con 17 víctimas de abusos sexuales en el seno de la iglesia y ha comentado que sintió «el sufrimiento». De este modo, el Papa ha dejado a un lado el discurso que tenía preparado y ha improvisado sus palabras para sentenciar que en la Iglesia que «no hay lugar para los abusos, ni para encubrir los abusos», palabras que han arrancado los aplausos de los fieles.

«Pensamos en lo que ocurre cuando los pequeños son escandalizados, heridos, maltratados por quienes deberían cuidarlos, en las heridas de dolor e impotencia en primer lugar en las víctimas, pero también en sus familias y en la comunidad», ha lamentado el Papa. «¡No encubran los abusos! Pido a los obispos: ¡no encubran los abusos! Condenen a los abusadores y ayúdenlos a curarse de esta enfermedad del abuso», ha reclamado.

Además, ha asegurado que el «mal no se puede ocultar: el mal hay que sacarlo a la luz, que se sepa, como han hecho algunos abusadores, y con valentía». «Y que se juzgue al maltratador. Que se juzgue al abusador, sea laico, laica, sacerdote u obispo: que se lo juzgue», ha argumentado.

A continuación, el Papa ha rezado el ángelus y ha pedido «un inmediato» alto al fuego en Líbano tras condenar que «esta guerra tiene efectos devastadores sobre la población».

«Sigo con dolor y preocupación el alargamiento y la intensificación del conflicto en el Líbano. Esta guerra tiene efectos devastadores sobre la población. Demasiadas personas siguen muriendo cada día en Oriente Medio», ha concluido el Pontífice, que regresa esta tarde a Roma.