El informe ‘Tax Policy Reforms 2024’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revela un cambio significativo en las políticas fiscales implementadas en 2023. Tras los años de fuertes estímulos fiscales post-pandémicos, se observa una desaceleración, e incluso un retroceso, en las ayudas fiscales dirigidas tanto a individuos como a empresas. Este ajuste refleja un cambio de paradigma, alejándose de las medidas expansivas implementadas durante la crisis sanitaria para abordar una nueva realidad económica. La recuperación económica, si bien continúa, presenta nuevos desafíos que requieren un enfoque fiscal más matizado y sostenible a largo plazo.
La OCDE destaca la menor intensidad del apoyo fiscal en 2023, reflejando una política fiscal más contenida. Esta moderación se percibe en la disminución de las subvenciones y la contención de las reducciones tributarias generalizadas, lo que impulsa un análisis más profundo sobre el impacto de las políticas implementadas y la búsqueda de un equilibrio entre el estímulo económico y la sostenibilidad fiscal. El documento de la OCDE provee un análisis exhaustivo de las reformas llevadas a cabo por los diferentes países miembros, permitiendo una comparación y un aprendizaje mutuo en la gestión de políticas públicas.
EL IMPACTO EN EL IMPUESTO DE SOCIEDADES Y EL IMPUESTO MÍNIMO GLOBAL
Un aspecto crucial del informe se centra en la evolución del impuesto de sociedades. Por primera vez desde la publicación del informe en 2015, se observa un mayor número de territorios que optaron por aumentar este impuesto en comparación con aquellos que lo redujeron. Este cambio de tendencia sugiere un reajuste en las estrategias de atracción de inversión extranjera, donde medidas de reducción de la base imponible se vuelven prioritarias frente a la simple reducción de los tipos impositivos. La competencia fiscal, a pesar de esta tendencia, sigue siendo un factor relevante en la toma de decisiones de las empresas a nivel global.
La OCDE resalta la importancia de los «considerables avances» en la aplicación del Impuesto Mínimo Global, un instrumento fundamental para evitar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios a paraísos fiscales. Esta medida busca establecer un suelo para la tributación de las multinacionales, garantizando una mayor equidad y justicia fiscal a nivel internacional. El éxito de la implementación del Impuesto Mínimo Global dependerá en gran medida de la cooperación internacional y la capacidad de los países para su aplicación eficaz. Esto supone un reto significativo para la administración tributaria global.
La implementación del Impuesto Mínimo Global representa un cambio paradigmático en la fiscalidad internacional, buscando una mayor transparencia y una distribución más justa de la carga tributaria entre las grandes corporaciones multinacionales. Sin embargo, su éxito requiere una coordinación efectiva entre los diferentes países, lo que plantea un desafío considerable dado la diversidad de sistemas tributarios y las diferentes prioridades políticas de cada nación.
REFORMAS EN EL IRPF, SEGURIDAD SOCIAL E IMPUESTOS AL CARBONO
El informe también analiza las reformas en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y las contribuciones a la Seguridad Social. Si bien los recortes en el IRPF siguen siendo una herramienta para apoyar la recuperación económica y los ingresos de las familias, un número creciente de países están incrementando las contribuciones a la Seguridad Social. Este incremento se justifica, en parte, por el envejecimiento demográfico, las mayores partidas destinadas a sanidad y el refuerzo de las redes de protección social. La sostenibilidad de los sistemas de bienestar social exige una reflexión profunda sobre la financiación adecuada.
Las reformas en materia de Seguridad Social reflejan las presiones demográficas y los desafíos para financiar los sistemas de bienestar. El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida plantean nuevos retos para la sostenibilidad de estos sistemas. Los gobiernos deben encontrar un equilibrio entre el aumento de las contribuciones y la necesidad de mantener un nivel de protección social adecuado para la población. Se observa una necesidad creciente de diversificación de fuentes de financiación y de una reforma estructural de los sistemas de pensiones.
Por último, el informe destaca la moderación en los recortes del IVA relacionados con la crisis energética e inflacionista, y el aumento de los impuestos al carbono en algunos países de altos ingresos. Estas medidas reflejan un enfoque más equilibrado entre la necesidad de apoyar la recuperación económica y el compromiso con la transición energética. La financiación de la transición energética requiere una estrategia fiscal que incentive las inversiones en energías renovables y penalice las emisiones contaminantes. Se abren debates sobre el diseño de estos mecanismos y su impacto en la competitividad y el crecimiento económico. El reto está en encontrar un equilibrio entre la recaudación de fondos para la transición ecológica y evitar que los impuestos al carbono repercutan negativamente en las economías más vulnerables.