El yogur, un alimento aparentemente inofensivo y habitual en la dieta de millones de personas, esconde un riesgo potencial si se congela de forma incorrecta. Aunque pueda parecer una práctica inocua, congelar el yogur puede tener consecuencias negativas para su textura, sabor y, lo que es más importante, para la seguridad alimentaria. Muchas personas, por desconocimiento o por la necesidad de conservar el producto durante más tiempo, recurren a la congelación como método de conservación, sin ser conscientes de los riesgos que esto puede conllevar. Este artículo profundiza en las razones por las que congelar yogur puede ser peligroso y ofrece recomendaciones para su correcta conservación.
La aparente inocuidad del yogur se debe a su composición, rica en bacterias lácticas beneficiosas para la salud intestinal. Sin embargo, estas mismas bacterias, junto con los demás componentes del yogur, se ven afectadas por el proceso de congelación. La formación de cristales de hielo durante la congelación altera la estructura del producto, modificando su textura y provocando una separación de fases, lo que resulta en un producto final de menor calidad y con un sabor alterado. Además, la congelación puede afectar a la actividad de las bacterias lácticas, reduciendo su capacidad probiótica y disminuyendo los beneficios para la salud.
3CONSEJOS PARA UNA CORRECTA MANIPULACIÓN Y CONSUMO DE YOGUR: PREVENCIÓN DE RIESGOS

Para garantizar la seguridad alimentaria y disfrutar de todas las propiedades beneficiosas del yogur, es fundamental seguir una serie de consejos para su correcta manipulación y consumo. Siempre se debe mantener el yogur refrigerado a una temperatura entre 2°C y 8°C, evitando las fluctuaciones de temperatura que pueden favorecer el crecimiento de microorganismos. Es importante lavarse las manos antes de manipular el yogur y utilizar utensilios limpios para evitar la contaminación cruzada, lo que previene la proliferación de bacterias indeseables. La higiene es fundamental en la manipulación de alimentos.
Una vez abierto el envase de yogur, es recomendable consumirlo en un plazo corto de tiempo para evitar su deterioro. Si no se va a consumir todo el yogur de una vez, se puede guardar en un recipiente hermético en la nevera, pero siempre respetando la fecha de caducidad. Es importante observar el aspecto del yogur antes de consumirlo, descartando cualquier producto que presente signos de alteración como moho, cambios de color o olor desagradable, lo que indica un posible deterioro del producto. La observación visual es una herramienta importante para la seguridad alimentaria.
Finalmente, es considerable recordar que la congelación del yogur no es un método de conservación recomendado, ya que puede afectar a su calidad, sabor y seguridad alimentaria. Optar por métodos de conservación adecuados, como la refrigeración, y seguir las recomendaciones para su manipulación y consumo, garantiza la seguridad y el disfrute de este alimento tan beneficioso para la salud. La información y la prevención son claves para un consumo responsable.