El ‘caso Ábalos’ destroza la tesis de Risto Mejide sobre el exministro

«O está loco o es totalmente inocente», decía el presentador Risto Mejide el pasado mes de febrero para justificar la cobertura que su programa de Cuatro le comenzaba a prestar a José Luis Ábalos. El exministro de Transportes y ex secretario de Organización del PSOE disfrutó durante 8 meses del altavoz mediático que le prestó Mediaset España.

Ni las crecientes pruebas que evidenciaban las innumerables faltas a la verdad de Ábalos llevaron a ‘Todo es mentira’ a prescindir de sus servicios como opinólogo, o a simplemente a acorralarlo en público.

El ex número 2 del PSOE obtuvo ingresos, tiró de victimismo y se blanqueó la imagen en ‘Todo es mentira’, que se convirtió en un altavoz de la picaresca.

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TODO POR LA AUDIENCIA

‘Todo es mentira’ ha ido ganando fuerza en las sobremesas de Cuatro gracias a analistas tan polémicos como Ábalos, que siguió los pasos de otros polémicos personajes como Mario Conde, José María Ruiz-Mateos o Jesús Gil.

Todos ellos buscaron hacerse perdonar sus delitos a nivel social gracias a su simpatía. Cierto es que Ábalos no está condenado, y que todavía puede refugiarse en su presunción de inocencia, pero ‘Todo es mentira’ daba lecciones de periodismo mientras dejaban escapar vivo a a un político al que despidieron con lágrimas en los ojos.

SU ADIÓS A CUATRO

Ábalos comunicó a mediados de octubre a ‘Todo es mentira’ que se marchaba por voluntad propia como analista de Mediaset España. «Muchas gracias por todo este tiempo. El informe de ayer (por el jueves) es un informe muy duro. Voy a seguir luchando por mi inocencia, voy a tratar de dar respuesta a todas las cuestiones en sede judicial».

«En el juzgado es donde tengo que responder en estos momentos y donde lo puedo hacer con garantías, por lo tanto, me vais a disculpar, y el resto de medios, pero es en esta situación en la que nunca me habría gustado verme, pero es en la que me encuentro», añadió.

Risto Moncloa
Risto Mejide.

Y remató: «Por respeto a la propia situación tengo que limitarme a esto, espero que se pueda despejar todo esto. Voy a colaborar absolutamente, soy el principal interesado y afectado, intentaré defender mi inocencia. Ya no podré estar con vosotros esta semana, me lo he pasado muy bien. Os agradezco mucho todo el trato que ha sido más allá de lo profesional y hasta pronto».

La salida de Ábalos del programa de Cuatro no es la única ruptura televisiva que el valenciano ha protagonizado este año. En febrero, cuando el entonces denominado ‘caso Koldo’ se destapó, RTVE por orden de La Moncloa prescindió de sus servicios como contertulio del espacio ‘Mañaneros’ de La 1.

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Cabe recordar que el ahora silente Iván Redondo llamaba «interior derecha» al inefable José Luis Ábalos por su capacidad para ocupar espacios propios de la derecha, véanse sus colaboraciones pretéritas en la edición valenciana del ABC, sus intervenciones en ‘El Gato al agua’ como defensor de Pedro Sánchez en las primarias de 2017 o sus comidas con Federico Jiménez Losantos, tranquilizado en 2019 tras conocer que el Grupo Libertad Digital no iba a perder los anuncios de Correos y la Renfe.

ÁBALOS AFIRMÓ EN FEBRERO SE ENTERÓ DEL CASO POR LA PRENSA

«Me he enterado por la prensa. Siempre hay quien te previene pero eso te pasa con todos, te hablan que tengas cuidado con los colaboradores. Sí me advirtieron sobre él (Koldo), pero nada trascendente. Normalmente confío en toda la gente que tengo hasta que hay una señal evidente», decía Ábalos en febrero.

El antiguo ‘señor Lobo’ de Pedro Sánchez aprovechó un patinazo del PSOE, que filtró sus datos a la prensa, para contratacar al pedirle que Ferraz expedientase al todopoderoso secretario de Organización Santos Cerdán: «La Secretaría de Organización Federal es la responsable y encargada de la custodia, administración y gestión de todos los ficheros de datos de gestión personal».

El valenciano afirmó que Cerdán había incurrido en una falta muy grave y contó que «todo aquel que pudiera incumplir la normativa de protección de datos de carácter personal de los que sea responsable el partido estará sometido a las normas internas de responsabilidad disciplinaria, sin perjuicio de sus responsabilidades civiles, penales o administrativas en que haya incurrido a consecuencia de ello».

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