martes, 1 julio 2025

La DGT endurece las normas para mayores de 65 años con estas enfermedades

La Dirección General de Tráfico (DGT) en España ha implementado nuevas normativas más estrictas para conductores mayores de 65 años que padecen ciertas enfermedades que pueden afectar su capacidad para conducir con seguridad. Estas medidas, que entraron en vigor en [Insertar fecha], buscan mejorar la seguridad vial y reducir el número de accidentes causados por conductores con limitaciones físicas o cognitivas. Las enfermedades que se consideran en estas nuevas normativas son los problemas de visión, auditivos, cognitivos y de movilidad. Se busca un equilibrio entre la autonomía de los conductores mayores y la seguridad en las carreteras.

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Estas nuevas regulaciones implican un proceso de revisión médica más exhaustivo para los conductores mayores de 65 años, con especial atención a las enfermedades mencionadas. La finalidad es identificar a aquellos conductores que, debido a su estado de salud, presentan un mayor riesgo de sufrir o provocar un accidente de tráfico. El objetivo no es restringir la movilidad de los conductores mayores, sino garantizar la seguridad vial para todos los usuarios de la carretera. A continuación, se detallan las nuevas normas para cada tipo de enfermedad.

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PROBLEMAS DE VISIÓN Y SU IMPACTO EN LA CONDUCCIÓN

Los problemas de visión son una de las principales causas de accidentes de tráfico, especialmente en conductores mayores. La DGT ha endurecido las normas para conductores mayores de 65 años con problemas de visión, exigiendo una revisión oftalmológica más exhaustiva que incluya pruebas de agudeza visual, campo visual y visión nocturna. Se establecen límites más estrictos en cuanto a la agudeza visual y el campo visual permitidos para conducir.

Las nuevas normativas contemplan diferentes niveles de restricciones según la gravedad del problema de visión. En casos de baja visión, se puede exigir la realización de pruebas adicionales o la limitación de la conducción a determinadas zonas o horarios. En casos más graves, se puede llegar a la retirada del permiso de conducir. Es fundamental que los conductores con problemas de visión se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas y sigan las recomendaciones de su médico.

Además de las pruebas de visión, la DGT puede solicitar pruebas adicionales para evaluar la capacidad del conductor para reaccionar ante situaciones imprevistas en la carretera. Estas pruebas pueden incluir simulaciones de conducción o pruebas de tiempo de reacción. El objetivo es garantizar que el conductor pueda responder adecuadamente a las situaciones de riesgo que se puedan presentar durante la conducción. La transparencia en el proceso es fundamental.

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