El cocido, ese plato emblemático de la gastronomía española, es un guiso que evoca tradición, familia y sabores reconfortantes. Sin embargo, cada hogar tiene su propia versión, adaptada a los gustos y preferencias de sus miembros. En esta ocasión, exploraremos la particular forma en que una madre reinventa el cocido, prescindiendo del chorizo y el hueso de jamón, y cocinando las carnes por separado, cada una con sus tiempos específicos.
Esta reinterpretación del cocido, lejos de ser una herejía culinaria, es una muestra de cómo la tradición puede adaptarse a las necesidades y preferencias actuales. La ausencia de chorizo y hueso de jamón no resta sabor al plato, sino que permite apreciar mejor el sabor de cada carne y verdura. La cocción por separado, por su parte, garantiza que cada ingrediente se cocine en su punto justo, logrando un resultado final más equilibrado y sabroso.
2LAS VERDURAS: EL ALMA DEL COCIDO

Las verduras son el alma del cocido, aportando sabor, color y nutrientes al plato. En esta versión reinventada, las verduras se cocinan también por separado, para evitar que se deshagan y pierdan su textura. Los garbanzos, previamente remojados, se cocinan en una olla aparte, con agua, sal y unas hojas de laurel, hasta que estén tiernos.
Las patatas, las zanahorias y el repollo se cocinan también por separado, en otra olla, con agua y sal, hasta que estén en su punto justo de cocción. De esta forma, se evita que las verduras se deshagan y se mezclen con el caldo, manteniendo su sabor y textura originales. La cocción por separado de las verduras permite apreciar mejor el sabor de cada ingrediente.
La combinación de las diferentes verduras, con sus sabores y texturas contrastantes, es lo que hace del cocido un plato tan completo y nutritivo. Las verduras aportan fibra, vitaminas y minerales, convirtiendo el cocido en una opción saludable y equilibrada. La cocción por separado de las verduras permite disfrutar de cada ingrediente en su mejor momento.